lunes, 10 de noviembre de 2008

La imagen que damos.

Así ve Catalunya el prestigioso semanario británico The Econimist.

El semanario británico The Economist, en un especial dedicado a España, ha calificado la política lingüística de las comunidades autónomas gobernadas por partidos nacionalistas como ‘dogmática’ y, en el caso de Cataluña, ha subrayado que el español se enseña ‘como un idioma extranjero’.

El reportaje, publicado el 6 de noviembre y firmado por Michael Reid, señala en un artículo titulado ‘¿Cuánto es suficiente?’ que ‘quizás porque la reivindicación histórica como nación es poco sólida, la lengua se ha convertido en una obsesión para los nacionalistas‘.

Y añade: ‘Franco prohibió el uso público del catalán, euskera y gallego. La Constitución hizo estas lenguas oficiales junto al español en sus respectivos territorios. En Cataluña la política oficial de la Generalidad (el Gobierno regional), bajo los nacionalistas (algunos realmente localistas) y ahora los socialistas, es de “bilingüismo”. En la práctica significa que toda la escolarización primaria y secundaria se lleva a cabo en catalán, con el español enseñado como un idioma extranjero. El catalán es también el idioma del Gobierno regional. Un español que no hable catalán casi no tiene oportunidad de enseñar en una universidad en Barcelona. Una obra de teatro o una película en español no será subvencionada con fondos públicos. “Si no hacemos un gran esfuerzo para preservar nuestra lengua propia, corre el riesgo de desaparecer”, dice el señor [Artur] Mas’.

The Economist continúa: ‘El catalán y el español son más o menos comprensibles entre sí. No así el euskera, que no pertenece a la familia de lenguas indoeuropeas. El Gobierno vasco permite escuelas en las que elegir entre tres planes de estudio alternativos, uno en euskera, otro en español y el tercero mitad y mitad. Pero en la práctiva solo las escuelas en zonas pobres de inmigrantes ofrecen ahora el plan de estudios en español. A pesar de estos esfuerzos, el vasco y el catalán están lejos de ser universalmente hablados en sus respectivos territorios: solo alrededor de la mitad de los catalanes lo usan habitualmente y cerca del 25% de los vascos habla euskera’.

Para Michael Reid, ‘el dogmatismo lingüístico de los nacionalistas está provocando una reacción. A principios de este año el filósofo Savater junto a un grupo diverso de personalidades que van desde el tenor Plácido Domingo al portero del Real Madrid, Iker Casillas, firmaron un manifiesto en defensa del derecho de los ciudadanos a ser educados en español. Fueron denunciados como “nacionalistas castellanos” por la prensa socialista. Pero concienciaron a la gente. Muchos catalanes serios creen que el catalán estaría seguro si se mantuviera como lengua de las escuelas en primaria, pero que Cataluña se beneficiaría mucho permitiendo la elección entre catalán y español en las escuelas secundarias’.

El semanario británico concluye que ‘la descentralización ha sido buena para España, pero tal vez haya ido demasiado lejos’

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