domingo, 31 de enero de 2010

España, una nueva historia (60)


Basta decir que el emblema y el lema de los Reyes Católicos se vive el valor de un nuevo cambio estructural en la historia, de un nuevo amanecer, como se decía en la deriva poética de los himnos de la Falange Española de la JONS, en la convicción de que el reinado de Isabel y Fernando volvía a recuperarse en todo su espíritu, proyectando un destino manifiesto en lo universal, que entusiásticamente se vinculaba a las enigmáticas "montañas nevadas" de sus cánticos. Expresiones cargadas de realidad política que atendían a la historia de aquel reinado como una referencia doctrinal. Ese mundo en el que las cosas, para ser, deben ser también un reflejo del tiempo áureo de la historia de España que solo la Falange de la JONS, y después su heredero natural, el Movimiento Nacional del general Franco, fueron capaces de interpretar adecuadamente en todas las dimensiones esotéricas de su proceso alquímico. Es el mundo en el que seguimos viviendo, naturalmente, que nos rodea desde hace más de setenta años como una sombra invisible. Todo esto puede verse aún en algunos aspectos de las últimas exposiciones, donde el simbolismo providencialista de la época de los Reyes Católicos resulta tan notorio y se halla tan presente en algunos comentarios sobre la eternidad de la unión de las tierras hispánicas.

España, una nueva historia (59)


Para Isabel de Castilla y Fernando de Aragón el año 1474 empezó seis años atrás. La guerra civil en Cataluña y Castilla les había hecho comprender dónde se encontraba el verdadero peligro. No debían tener la lucha abierta, si la causa era justa. Tenían sus armas y contaban con el apoyo de la gente de su generación. Pero también sabían que las élites nobiliarias y urbanas solo estaban esperando un error para tener un pretexto para limitar las prerrogativas del trono. La personalidad de los príncipes se hace más valiosa al compararla con otros personajes de la época. La simpatía hacia ellos se debía en parte a la destreza con la que supieron afrontar el conflicto sucesorio, como también al instinto del imperio que les caracterizaba: daban a manos llenas a la gente a cambio de obtener su lealtad. Esta rara superiodidad sobre los otros pretendientes y sus mentores permitió la creación de una morada vital.

sábado, 30 de enero de 2010

España, una nueva historia (58)


Resulta difícil pensar la historia de España entre 1474 y 1492 sin estremecerse. Una de las cuestiones más debatidas en los últimos años y sin duda de las más importantes en la historia de España es el motivo de la decadencia de Cataluña pasada la guerra civil que va unida a otra cuestión de más calado si cabe, que consiste en saber por qué algunas sociedades toman decisiones catastróficas para su futuro. Al valorar las explicaciones de los años sesenta sobre una crisis económica general que afectó gravemente a un pueblo más que a otro, Mario del Treppo se vio en la desagradable situación de tener que mostrar su escepticismo de que la decadencia catalana pudiera haberse debido al agotamiento de los recursos tras más de un siglo de pestes, hambres, guerras, desequilibrios financieros y otros aspectos semejantes.

viernes, 29 de enero de 2010

España, una nueva historia (57)


En mayo de 1462, cataluña comenzó el largo camino que conduce a que el adversario se transforme en el enemigo. Los campos se llenaron de guerreros resbaladizos, evasivos y astutos. También de viajeros que iban en busca de un rey con quien pactar el trono, pero que no fuera el odiado Juan II. No importaba que fuese Trastámara, y el primer elegido fue Enrique IV de Castilla; luego el aventurero Pedro, condestable de Portugal. Se dijo de ellos que eran reyes de Cataluña, motrando así el deseo de poner fin al gran pacto que había dado origen a la Corona de Aragón.

jueves, 28 de enero de 2010

España, una nueva historia (56)


En "Cataluña a mediados del siglo XV", que fue su discurso de ingreso en la Reial Acadèmia de Bones Lletres, Jaume Vicens Vives intentó explicar la guerra civil de 1462-1472 a partir del supuesto para él indiscutible de la "revolución catalana". El término ha llegado a servir en las recientes investigaciones para describir simplemente el estado terapéutico del país en vísperas de un conflicto lóbrego.
Cuando se habla hoy de revolución catalana, se hace referencia a la durísima oposición del patriciado urbano y de la aristocracia a los planes de gobierno de Alfonso el Magnánimo y Juan II, y en ese aspecto se entra en una excesiva cautela habida cuenta que en ocasiones se roza la incorrección política. Las claves son pactismo, independencia, tradición, soberanía. Los campesinos de "remença" tienen derecho en sus reclamaciones no por su implicación en el futuro de la nación catalana sino por sus sufrimientos pasados, cuyo emblema es la supuesta pervivencia de los "malos usos".

miércoles, 27 de enero de 2010

España, una nueva historia (55)


A comienzos de 1461, la Diputación del General exigió la liberación del príncipe y, ante la negativa de Juan II, le declaró heredero de Cataluña. Comenzaron unas semanas de duras negociaciones que concluyeron en la capitulación de Vilafranca del Penedès del 21 de junio. Una vez concluida esa tarea monumental, Carlos exhibió los resultados en un recorrido callejero por Barcelona, donde fue aclamado por todo el patriciado urbano y por algunos sectores vinculados a la Busca. Requesens se mofó de aquella exhibición, pero Juan II envidiaba la popularidad de su hijo, el príncipe de Viana. La multitud le aclamó como "rey de Cataluña", abriendo así en el corazón sentimental de la gente un hueco para que esa "corona" fuese luego ofrecida a otros seductores de la política. Cualquiera valía, menos ese Juan II al que detestaban no por ser Trastámara (también lo era el príncipe de Viana) sino por su séquito y por su apoyo a los campesinos de "remença". Después de su repentina muerte, que dio lugar a una leyenda negra sobre un posible envenenamiento, un testigo recordaba: "¡Oh, cuánta gloria es para el señor rey haber tenido tal hijo en la tierra y ahora en el cielo celestial! ¡Oh, bienaventurada Cataluña, que ha sido merecedora, por la clemencia y bondad divina, de haber cohabitado entre los catalanes y dejado su cuerpo entre ellos tal señor!".

España, una nueva historia (54)


Seguimos con los retazos de "España, una nueva historia", el último libro de José Enrique Ruiz-Domènec.


1458 fue un año importante para la historia de España. Nunca se había estado tan cerca de construir un futuro estable como en aquel momento, en el que a muchos pintores, novelistas y poetas les parecía vislumbrar una nueva época. Pero en realidad era ya el resplandor de la rebelión de las élites (el patriciado urbano y la alta aristocracia en Cataluña, la vieja nobleza señorial en Castilla y Andalucía) que se acercaba y con ella un contrapunto crítico antes de empezar la nueva época que todos parecían anhelar en la primavera de ese año.

España, una nueva historia (53)


Pasado 1440, la sociedad catalana era mucho menos optimista acerca del futuro de la Corona de Aragón de lo que las proclamas de los hombres de Alfonso el Magnánimo decían desde Nápoles o desde Valencia. Crecieron el declive del comercio y la pérdida de puestos de trabajo, la desigualdad social (cada vez había más ricos pero también más pobres), el índice de criminalidad en el campo con el desarrollo de la "bandositat" y en la ciudad con la presencia de delincuentes dedicados al robo y al estupro. Nadie parecía tener una solución plausible para esos problemas y la mayor parte de la supuesta discusión política en el Consell de Cent y el resto de organismos de gobierno ni siquiera los mensiona. Se libran feroces batallas ideológicas sobre temas periféricos, sin el menor interés social.

martes, 26 de enero de 2010

España, una nueva historia. (52)


El verdadero problema en Barcelona fue psicológico. Alfonso V se aproximó a él cuando hizo ver a las Cortes de Cataluña, reunidas en 1426 en Barcelona, que el descontento social obedecía un estancamiento de la dinámica económica del reino; pero la reacción del patriciado a su petición de subsidios para relanzar la política mediterránea le desorientó, y al tiempo le hizo ver con quien se la jugaba: "E per conservació de les dites llibertas, privilegis, costums e prerrogativas, parlant amb la dita reverència, vos diem de no a la dita ajuda". Comenzaron meses de "greuges" entre el rey y la clase política; tales agravios arraigaron en la conciencia nacional catalana. En cierto sentido, la arrogancia de Alfonso V importunaba a esa parte de la psique catalana que, desde los tiempos de Jaime I, incluso desde antes, observaba con suspicacia la figura del rey como el mayor obstáculo para sus "llibertats". Cuantos más catalanes disfrutaban del auge económico promovido por el alza de los precios y los beneficios de los censales invertidos en la Taula del Canvi, mayor era el malestar hacia una política expansiva. Los grupos dirigentes se habían vuelto condescendientes con la venalidad administrativa, preferían un régimen corrupto a uno autoritario.

España, una nueva historia (51)


En mayo de 1410, los restos mortales de Martín el Humano se trasladaron a la catedral de Barcelona, aunque él había ordenado expresamente que le enterrasen en el monasterio cisterciense de Poblet junt a su padre Pedro IV y otros miembros de la familia. En ese momento, la Corona de Aragón dejó de tener rey. Los cuatro hijos legítimos del finado (Martín, Jaime, Juan y Margarita) habían fallecido antes que él; solo quedaba Fadrique, el niño que nació fuera del matrimonio, y parecía difícil que llegara al trono, pese a que años atrás lo había hecho en Castilla Enrique II en condiciones análogas, claro que tras una guerra civil. Ante todo se imponía evitar un conflicto de esa naturaleza. La sucesión del rey debía hacerse conforme a los principios del pacto político, un rasgo característico de la Corona de Aragón heredado de las viejas costumbres feudales catalanas.

lunes, 25 de enero de 2010

España, una nueva historia (50)


Una clave para comprender los primeros años ochenta y sus marcadas diferencias con la década anterior consiste en analizar el talante que predominaba en la sociedad tras conocerse la quiebra de la banca barcelonesa en 1381. Los defensores del cambio en esos años (incluidos los escritores humanistas catalanes del talento de Bernat Metge) a menudo eran considerados por la gente como unos crápulas ambiciosos. Quizás, pensó Martín de Riquer, porque promovían una suerte de cesarismo a favor de Juan I. En medio de sofisticados juegos florales, del recurso a la gaya ciencia de los trovadores, se van difundiendo el más terrible de los yerros de la clase política, la corrupción.

España, una nueva historia (49)


Tomemos el caso del veguer de Narbona, un funcionario de prestigio con experiencia en la administración de una provincia habitada por muchos extranjeros. En la carta autógrafa que dirige a los jurados de Gerona con fecha 17 de abril de 1348 se adelanta a la llegada de la propia peste a Cataluña y lo hace más que con la intención de organizar un plan higiénico, por el morbo que suponen los sucesos que la acompañan. Comenta que la infección ha azotado la zona durante la Cuaresma y continúa haciéndolo y, en su opinión, ha muerto la cuarta parte de los habitantes del país. Añade además que las autoridades habían capturado a varios msierables de diversas naciones (entiéndase, extranjeros), a los que acusó de esparcir pociones pulverizadas en las aguas, las casas, las iglesias y los alimentos con la intención de producir la muerte de las gentes. Por supuesto, confesaron sus crímenes después de ser sometidos a tortura con tenazas ardientes, y fueron ajusticiados mediante el procedimiento de cortarles las manos, descuartizarlos y luego quemar el cuerpo.

domingo, 24 de enero de 2010

España, una nueva historia (48)


Los hermanos Vivaldi no consiguieron llegar a su destino, pero en cambio alcanzaron el objetivo que se habían propuesto: la inmortalidad. Dante los hizo entrar en el templo de la fama al compararlos nada más y nada menos que con Ulises, el gran viajero de todos los tiempos. Pero el viaje de los hermanos Vivaldi tuvo también un efecto inesperado, pero decisivo en la historia de España. En medio del gran rodeo que se dio para entender la naturaleza exacta del mar océano (el Atlántico sur) aparecieron, como por encanto, las islas Canarias. Aún tardarían muchos años en descubrirse, muchos años más en ser colonizadas y casi una eternidad en comprender su verdadero significado; pero el paso estaba dado, y era irreversible. Un trozo de África iba a pertenecer por derecho propio a Europa. Paradójico epígono de lo que empezó siendo una extraña aventura en una extraña geografía. ¡Cuántas veces se debe repetir que la historia carecería de sentido sin la existencia de hombres como los hermanos Vivaldi!

España, una nueva historia (47)


Una historia crítica de los heterodoxos en España, de la que carecemos debe afrontar la controvertida personalidad de Ramon Llull (1232-1316), un mallorquín, hijo de un caballero de posición modesta cuya familia era originaria de Barcelona, viajero, místico, escritor, visionario, ocultista, filántropo, apasionado por la Cábala; el más grande escritor en lengua catalana para unos, simplemente un divulgador para otros; mártir de la fe o quizás un impostor.

sábado, 23 de enero de 2010

España, una nueva historia (46)


¿Qué es la historia para Alfonso X? El punto de vista de un rey, la autoría, o como él mismo ordena anotar con la habitual prosa de aquellos años (aunque aquí modernizó le texto): "El Rey hace un libro no porque él, y las enmiendas e iguala y endereza, y muestra la manera de cómo se deben hacer, y así escríbelas quien él manda; por esto decimos, por esta razón, que el Rey hace el libro" (parte I, libro 16, capítulo 14). La "General estoria" acompañó a Alonso X día y noche, durante ocho años, de 1272 a 1280: unas veces adaptó la "Historia Scholastica" de Pedro Coméstor, otras refelexionó sobre sus propios actos, pero siempre estuvo atento a la verdad revelada que, por su sola presencia, mantiene al autor en un estado de complicidad con la otra histórica en la que busca legitimarse, la "primera crónica general o Estoria de España".

España, una nueva historia (45)


Quien intente comprender de verdad la historia de España tiene que empezar por conocer el lugar que ocupan en ella Alfonso X el Xabio (1221-1284) y su círculo de escritores, poetas y artistas. La confianza en la cultura y en la excelencia que ellos desplegaron contrasta abiertamente con la tradicional fe española en la improvisación y en la igualdad. La apuesta por la convivencia de las tres religiones también resulta insólita si consideramos los siglos de la verdad única que vinieron después; o la sorpresa que aún provoca la estima que tuvieron por el aprendizaje como mecanismo de promoción social en una sociedad a menudo poco sensible con los valores de la educación.

viernes, 22 de enero de 2010

España, una nueva historia. (44)


La historia de España en el siglo XIII está jalonada por su hegemonía, la conquista del valle de Guadalquivir, de Valencia o de Mallorca, la instauración del arte gótico francés, la configuración de la cultura universal por Alfonso X el Sabio y la invasión de los benimerines. Toos esos acontecimientos contribuyen a poner de manifiesto la apremiante necesidad de responder a la cuestión, suscitada primero por el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada y luego por el propio Alfonso X de qué significa ser español. Esta pregunta no es tan anacrónica como se podría suponer hoy, sino que subyace en la profunda convivencia de la expansión militar y política de castellanos y aragoneses sobre las tierras de al-Andalus. La creencia de que la cultura española tenía unas matrices universales que enlazaban con el pasado romano de Hispania y que convertían las gestas de los reyes en principios de legitimidad de la ocupación de una tierra "vacía" en el sentido político del término, una tierra que antes había sido suya y que volvía al hogar natural.

España, una nueva historia (43)


La instalación del oficio real en Barcelona en el círculo de Alfonso el Trovador se explica, en tercer lugar, por el uso de la memoria como fundamento de la cultura cortés. El canciller Ramón de Caldes, el mismo que compiló el "Liber Feudorum Maior", se dedicó a revisar, con gran indignación de algunos viejos aristócratas, la hsitoria reciente de Cataluña buscando a los responsables del asesinato del conde Ramón Berenguer II, bisabuelo del rey. En ese ambiente de desolación y turbación surgen las primeras manifestaciones de la literatura novelesca en provenzal, cuyo eco se percibe en el "Jaufré", una obra reelaborada más tarde, pero cuyo texto original debe situarse en estos años. El tema de la novela era semejante al de los relatos de la Tabla Redonda escritos en el norte de Francia por Chrétien de Troyes y otros autores: una exhortación moral sobre los valores de la caballería profana, que apoya al rey en su decisión de ordenar el territorio aunque sea en contra de la voluntad de la levantisca nobleza feudal. Puesto que la caballería transfigurada por el Císter era el brazo armado del rey, convenía darle una imagen romántica. Reajuste decisivo. El Estado será el garante de la conquista realizada años atrás de los reinos de taifas de Lérida y Tortosa.

jueves, 21 de enero de 2010

España, una nueva historia (42)


Como en el resto de Europa, el tiempo en España discurre muy rápido en el último tercio del siglo XII. Es entonces cuando se produce la gran mutación, cuando se pasa decididamente de lo castizo a lo refinado promovido por la cultura cortés de los trovadores y de los juglares, del trueque a la economía monetaria, de la mesura en la frontera a una política de guerra abierta contra los almohades, de las aldeas abiertas a las ciudades con sólidas murallas. Es un tiempo en el que a los hombres les resulta difícil imaginar las formas de vida de sus abuelos, y por eso aparece la épica para explicarlas. Detrás de ese brusco cambio están las granjas y las abadías cistercienses, apoyándolo, dirigiéndolo. El hecho decisivo fue, no obstante, que estos tres reyes tuvieron conciencia del cambio y de las posibilidades que éste generaba para sus respectivos países; también para una imagen de España sujeta a la tiranía de una ocupación foránea, la de los almohades. Éstos son los tiempos en que renace la figura del otro: el moro que ocupa ilegítimamente España o el cátaro y el hereje como figuras de la disidencia ante los valores cistercienses. Éstos son los tiempos que hacen de cada conciencia individual la heredera de una tradición secular que es imperativo renovar, aunque sea a costa de radicalizarse.

España, una nueva historia (41)


Alfonso el Batallador se llamará a partir de ese momento rey de Aragón, Pamplona y Navarra; mientras que Alfonso Raimúndez, rey de Castilla y de León, llevará el título imperial. Sin embargo, meses después de la firma, se revelan las verdaderas intenciones de uno de ellos, cuando Alfonso Raimúndez recibe en Saldaña (Burgos) a una comitiva de nobles catalanes enviada por Ramón Berenguer III para asistir a la boda del "emperador de las Españas" con la hermosa y culta Berenguela. Está claro que este hecho describe el paso de la vieja concepción del equilibrio peninsular a la nueva concepción del Estado dinástico, surgido de la unión de los reyes de Castilla y León con el casal de Barcelona.

martes, 19 de enero de 2010

España, una nueva historia (40)


Pero no se puede entender del todo la historia de la península Ibérica en el primer tercio del siglo XII sin considerar la importancia que tuvo el Camino de Santiago. Una red mercantil ligada, como su nombre indica, a la explotación de un sentimiento religioso, la necesidad de peregrinación de los europeos a la tumba del apóstol donde la tierra acaba, "finis terrae". Entiendo aquí por red, siguiendo a MacNeill y MacNeill, "una serie de conexiones pueden tener muchas formas: encuentros fortuitos, parentesco, amistad, religión común, rivalidad, enemistad, intercambio económico, cooperación política e incluso comeptición militar".

España, una nueva historia (39)


Los almorávides desconocían las formas de vida de la frontera e inflingieron los castigos más salvajes que se pueda imaginar a los enemigos de su fe, campesinos y colonos castellanos, cuyas comunidades rurales, separadas entre sí por páramos deshabitados y frondosos bosques de encinas, se agrupaban alrededor de la iglesia y la casa del concejo. La religión se convirtió en el principal motivo de disensión. Los campesinos de esa época, como sus antepasados, practicaban el cristianismo romano aderezado con elementos mozárabes y prácticas paganas, pero tomban al pie de la letra los preceptos del cura rural en todo lo referente a los ámbitos de la vida cotidiana, incluido el de la alimentación y los tabúes relacionados con el cuerpo. Una de las causas de la profunda irritación entre ambas comunidades radicaba en la actitud hacia el cerdo. Su carne, convertida en un signo de distinción, era la favorita de los cristianos. Origen del celebrado jamón ibérico.

lunes, 18 de enero de 2010

España, una nueva historia (38)


La historia del linaje condal de Barcelona se encargó de demostrarle que un hombre no necesita ser un desterrado para ser tratado como un eneimigo del nuevo orden político. El orgulloso Ramón Berenguer II, casado con Matilde, la hija del normando Roberto Guiscardo, perderá la vida en aras de un absoluto concreto: crear un Estado dinástico en la linea marcada por su suegro en Apulia y Sicilia, convertir Barcelona en una capital política como Palermo, salvar el mundo musulmán integrándolo en un gran marco político. La persona que está detrás de su muerte es su propio hermano Berenguer Ramón II. al que se le conocerá precisamente como "el fratricida", y esa aura cainita de la corte catalana marcará el destino de Rodrigo Díaz, para unos el Campeador y para otros , el Cid. Cuando se cierra la lápida con el cuerpo sin vida de Ramón Berenguer II, la viuda se presenta a la vista de todo el mundo con su hijo entre los brazos. Espera una reacción por parte de los nobles a favor de su causa encarnando en ese momento la belleza de la tristeza femenina. La nobleza catalana reacciona en menos tiempo del que cabría esperar y, en una asamblea, exige a Berenguer Ramón II un compromiso de que se aceptará a su sobrino como el legítimo heredero. Es un compromiso de que aceptará a su sobrino como legítimo heredero. Es un compromiso feudal, un pacto entre señores. Matilde cree que es una deciisón política y acepta el sacrificio de abandonar la tierra (y al hijo) sin mayores reparos. El Estado está en peligro y una vez más el sacrificio de una mujer le salvará de los enemigos.

domingo, 17 de enero de 2010

España, una nueva historia (37)


El plazo de veinte años que se dieron Fernando I y Ramón Berenguer I para organizar el territorio parecía demasiado largo, pero no lo era una vez analizados los detalles por la moderna historiografía, que se basa en buena parte en el esfuerzo de los arqueólogos. La pregunta que hay que resolver es: ¿qué fue de los campesinos entre 1037-1057, los años de transformación del territorio? Pues bien, esos "rustici" que aparecen a menudo en los documentos se han convertido en una comunidad que lucha contra los gravámenes fiscales de los señores y no dudan en buscar en las tierras de la frontera el porvenir que a veces se les niega en su tierra de origen. Mientras los caballeros forjaban un sistema de valores basado en la economía de pillaje y el honor, los campesinos consolidaban una forma de vida sustentada en la economía agrícola y ganadera.

España, una nueva historia (36)


En el siglo XI peninsular, islam y cristiandad comparten una visión del mundo donde la numerología muestra las claves ocultas hacia esa meta que se confunde con la felicidad. Así, la sociedad andalusí procede por vía de la atomización de los centros de poder y de cultura, convencida de que la mejor manera de afrontar el futuro es acrecentar las satisfacciones artificiales de los individuos que necesitan cada vez más y conciben la vida como el disfrute de los placeres; en cambio, la sociedad cristiana procede por vía de los rituales guerreros de primavera, las cabalgadas contra las ciudades y las aldeas musulmanas, el placer por el botín y la dimensión festiva de la existencia donde el regalo era un signo de distinción para el poderoso, la transformación de los tesoros en piezas de una liturgia con la que se aspiraba a transgredir la noche, a confinar las fuerzas malignas.

sábado, 16 de enero de 2010

España, una nueva historia (35)


En la década de 1020, tras un período de agitaciones internas en Cataluña, el conde Berenguer Ramón I, con el beneplácito de los nobles que solían intervenir como árbitros en los numerosos pleitos por los derechos de propiedad de las tierras, concedió una carta de franquicias a aquellos ciudadanos de Barcelona que llevaban años reivindicando la autonomía, o el autogobierno, un grado de libertad política que les pemitiera gestionar sus asuntos internos, controlar sus tribunales, dirigir sus elecciones y tomar resoluciones de carácter local. Durante los siglos posteriores se redefiniría constantemente dónde debía empezar y acabar este grado de libertad: lo harían el rey Alfonso II en el siglo XII y el rey Jaime I en el siglo XIII. La razón principal de esta exigencia de autonomía ciudadana se debió a la existencia de poderes lo bastante fuertes como para infringirla; los nobles y los guerreros de la frontera articulaban un sistema social basado en las relaciones personales, en el homenaje y el vasallaje que en cierto modo cuestionaba el sistema de valores de estos ciudadanos propietarios de tierras. Además de la autonomía, exigieron la igualdad ante la ley, y que ningún individuo pudiera situarse por encima de ella, ni siquiera perteneciendo a alguno de los grandes linajes del momento. No era un concepto democrático como podemos entenderlo hoy, pero avanzaba en esa dirección.

viernes, 15 de enero de 2010

España, una nueva historia (34)


La historia de la familia de Wifredo residía en el éxito político, y se desorientó cuando tuvo que enfrentarse a la derrota. Aquí se producirá la auténtica encrucijada formativa del hecho catalán, donde la familiaridad con la derrota es consustancial a su existencia, hasta el punto de que las derrotas parecen ser jalones en el camino de su identidad como pueblo. Un camino plagado sin duda de efemérides vinculadas a las derrotas y al exilio. Pero, en el crucial año de 985, ¿no será el trágico gesto del conde Oliba Cabreta lo que recordará a la confundida sociedad de su país que la guerra contra el islam para vengar el saqueo de la ciudad no puede definir la esencia de lo catalán? Entre el exilio y el apoyo a la política de su primo Borrell II y de su hombre de confianza Guitardo, Oliba de Cabreta escogería el exilio.

jueves, 14 de enero de 2010

España, una nueva historia (33)


Las campañas de Almanzor que pusieron fin a las buenas relaciones entre los descendientes de Wilfredo el Velloso y ´Abd al-Rahmân III, y además mostraron el escaso interés del último emperador franco por las tierras catalanas. La meditación sobre las campañas de Almanzor del 985, con el saqueo de Barcelona, redime a la ciudad al verla en ruinas. Su ruina es su eternidad y, por tanto, su perfección. El conde Oliba Cabreta, educado en la paz y ávido de complacer a sus amigos de Roma con la información científica de las bibliotecas de Córdoba, comprendió el peligro que suponía esa actitud: el mayor contraste entre el pasado y el futuro se muestra en la derrota, mientras se conviva con el mito del éxito de otras regiones europeas que hicieron de sus éxitos militares el fundamento de su poder político, como vemos en el caso de Fulco Nerra. Quizás nada nos escandaliza y ciega tanto como ese hecho. Borrell II y sus amigos de la frontera, entre los que destacó desde el primer momento Guitardo, vizconde de Barcelona, no aceptaron la derrota, y con esa decisión comenzó una nueva época para los territorios catalanes.

España, una nueva historia (32)


Construida sobre las aspiraciones de los carolingios, Cataluña se convierte durante el siglo IX en un terrirtorio forjado también sobre la legitimidad, respondiendo a los deseos expansionistas de Aquisgrán pero fundado en la ausencia de un poder unitario. ¿Puede la voluntad de un pueblo suplir la asuencia del emperador? Para responder, intentaré unir los diversos temas que afectan a la construcción de una identidad catalana en ese siglo: creación de una dinastía propia, alejamiento de los emperadores carolingios y ocupación de los valles del sur. Pierre de Marca y después los benedictinos De Vic y Vaissete creyeron ver en este territorio la Marca Hispánica, un espacio defensivo europeo frente al emirato de Córdoba. En ese sentido, Cataluña ha sido un territorio carolingio, consciente de su europeidad frente al carácter hispánico del reino de Asturias, del reino de Pamplona o del condado de Aragón. La idea de una marca remite a un diploma de Carlos el Calvo de 865 que Joseph Calmette calificó de acta de nacimiento de Cataluña. Nobles pirenaicos, ciudadanos de Barcelona, campesinos de los valles del interior, todos participaban de una misma concepción de la soberanía vinculada primero a los emperadores carolingios; y sin embargo, todos portaban las manchas mestizas y migratorias de los "hispani" y de los "goti" del sur del Ebro, que entre otras cosas llevaron consigo una visión arquitectónica que aún podemos ver en Sant Miquel de Cuixà, con sus fascinantes arcos de herradura.

España, una nueva historia (31)


El futuro de Castilla según Sancho García se vincula a las dos potencias emergentes, el reino de Navarra y el condado de Barcelona, lo que supone el final anunciado de León como referente de la lucha contra el califato. Desde el monasterio de San Salvador de Oña, fundado por él en 1011, el conde Sancho observa el misterio primordial del poder surgido de la revolución feudal. El valor del doble matrimonio de sus hijas, la mayor, Muniadona, con Sancho III Garcés y la menor, Sancha, con Berenguer Ramón I. Lo que él no podrá hacer lo harán sus poderosos nietos, García Sánchez de Navarra, Fernando de Castilla y León, Gonzalo de Sobrarbe (de su hija mayor) y Ramón Berenguer I (de su hija menor). Sancho García participó con devoción en la ceremonia que legitima el sistema feudal: la donación de las hijas a poderosos jefes de linaje, el reconocimiento de la herencia como un hecho seminal. Para aquellas ocasiones, las abuelas tenían guardados en arcones vestidos de seda, adornados de encajes y pedrería. En la solemnidad de la boda, el conde Sancho presenta subrepticiamente su concepción política. Y con la entrega de sus hijas a Sancho el Mayor de Navarra y a Berenguer Ramón de Barcelona apuesta por una realidad que sigue inexplicada, pero que servirá de guía tanto a él como a sus hijos: la herencia de los sentimientos castellanos se transmite de igual modo por la linea masculina que por la femenina.

miércoles, 13 de enero de 2010

España, una nueva historia (30)


Esta actitud enardecida y visionaria ante el mundo nos traslada primero a la Navarra de Sancho Garcés II Abarca y de su nieto Sancho Garcés III el Mayor; al reino de León de Alfonso V y de su hijo Bermudo III, a la Castilla de los condes de Barcelona de Borrell II y de su hijo Ramón Borrell, junto a un gran número de nobles locales que utilizan sus propios recursos para atacar las fortalezas árabes de la frontera. El ancla de este comportamiento suele ser la violencia de los guerreros, ejercitada en las ciudades o en los campos, en nombre de un ideal que apenas reconocen, el ideal de reconquista del reino de Toledo.

España, una nueva historia (29)


Las negociaciones llevadas a cabo por el vizconde Guitardo, al que califican de "adelantado de Borrell II", pertenecen al territorio de la casualidad de la historia y de la fortuna. A los cuatro años de haber firmado un acuerdo de no agresión, la muerte del califa al-Hakam II cambia el escenario y un poderoso ejército avanza hacia la ciudad de Barcelona con la intención de destruir sus poderosas murallas y con ellas el orgullo de sus habitantes. Con esa derrota Borrell II alcanza la legitimidad que le había sido negada y a partir de entonces reconocerá "otra" herencia, del más alto origen en la escala de la vida. Será la "sangre real" de la estirpe merovingia la que recorre sus venas, condenada siglos atrás por un pacto entre los mayordomos de palacio y los obispos de Roma. La tierra se vivifica con ese sacrificio convirtiéndose en la raíz de todos los desarraigados, de los hombres que llevan armas y defienden la frontera. Tras la pnatalla del conflicto político, se estaba gestando una verdadera revolución en la cultura del poder en toda la península Ibérica, desde Sevilla a Gerona, desde Murcia a León. Era el fin de una época, y pocos estaban convencidos de ello. Salvo los que creían que con la llegada del milenio se acabaría el mundo.

martes, 12 de enero de 2010

España, una nueva historia (28)


Cuando, en el año 956, el embajador de Otón I aprovechó la estancia en Barcelona para resumir rápidamente las intenciones del poderoso emperador del Sacro Imperio Romnano Germánico de llegar a una paz perpetua con `Abd al-Rahmân III y su hijo al-Hakam II, se estaba creando un nuevo orden internacional que afectaba a las dos civilizaciones que en esos años sostenían los territorios de la península Ibérica. El califato de Córdoba se convertía en el único poder legítimo de las tierras que en tiempos de Roma se llamó Hispania, liquidando así los derechos de los visigodos, si es que realmente existían, en el otro lado, el que se concentraba en torno al Sacro Imperio Romano Germánico, se mostraba una abierta disposición a reconstruir los valores de la Antigúedad, en especial la "urbanitas", aceptando por completo las fronteras surgidas de la expansión árabe que culminó en el 711.

España, una nueva historia (27)


En el centro de todas las negociaciones estaba la ciudad que sería el centro político del Imperio Carolingio en el sur. Descartada Zaragoza por los sucesos del 778, y Pamplona casi por lo mismo, solo quedaban Tarragona y Barcelona. En la elección de una de esas dos ciudades intervinieron razones estratégicas pero también de legitimidad. No podemos olvidar a los "comites barcinonensis", que vivían en una de ellas, un título romano y por lo tanto independiente de la herencia de los visigodos de Narbona o de Toledo; así era el poder de esos hombres, incólumes entre las tempestades que silbaban a su alrededor. Carlomagno decidió que fuese Barcelona la capital de la marca meridional del imperio, la Marca Hispánica, aunque probablemente nunca tuvo entidad jurídica, apunta Ramon d´Abadal, el gran experto en estos temas.

lunes, 11 de enero de 2010

España, una nueva historia (26)


Este pasado del reino astur, como encogido por la distancia, ha adquirido con los eruditos estudios de Claudio Sánchez-Albornoz el encanto de una polémica sobre el ser de España. La creación de un desierto estratégico por el rey Alfonso I llevó primero al historiador portugués Alexandre Herculano de Carvalho y después al propio Sánchez-Albornoz a pensar que la existencia de una frontera militar es el mejor indicio de una política astur consciente contra la invasión musulmana. Pues nada explica mejor el carácter que forjó nuestro país que el esfuerzo por repoblar las tierras desiertas durante casi medio siglo: "Espíritu aventurero, apetito de libertad, decisión, valor, audacia, esperanza, confianza, en sí mismos, fe en el mañana...", he aquí, escribe con su peculiar estilo Sánchez-Albornoz, "los moviles humanos que hubieron de empujar a los inmigrantes hacia las tierras nuevas.

domingo, 10 de enero de 2010

España, una nueva historia (25)


Todo había comenzado el día en que un grupo de guerreros visigodos fueron derrotados y muertos a causa de sus divisiones internas y de su escaso sentido de la realidad histórica. ¿Qué hacer para que un crisol de tribus galas, germánicas y de ciudadanos romanos se uniera en una causa común? ¿Cómo construir un espacio nuevo para hacer frente al imperio árabe? Fue entonces cuando elevaron la voz más de lo habitual y pronunciaron la palabra clave, "Europa"; no iban a enfrentarse al islam con la frivolidad de los visgodos. En cualquier caso, urgía resolver el problema de la legitimidad. ¿Quién debía llevar la corona, los reyes que reinan pero no gobiernan o los mayordomos de palacio que gobiernan pero no reinan? Antes de hacerse la pregunta era urgente para ellos detener el avance de los jinetes árabes y bereberes, sobre todo tras el saqueo de la iglesia de Hilario de Poitiers.

España, una nueva historia (24)


Ciertas ideas ,al ser repetidas sin parar, se convierten en verdad histórica. El aguerrido astur se revela entonces como el heredero de la legitimidad visigoda (Alfonso X incluso le hizo descendiente del rey Chindasvinto), el custodio del legado cristiano y romano y el guía espiritual de un pueblo que se levanta contra el infiel. Los meandros de la vida de Pelayo (muere en Cangas de Onís en 737) y de su incipiente círculo de amigos y conmilitones sirvieron de marco para la elaboración de un mito que la sociedad astur primero, leonesa después, y castellana finalmente se encargaría de repetir. Pelayo es el icono de la resistencia ante la invasión árabe, el padre de la patria; y su gesta, el origen de la nación española.

sábado, 9 de enero de 2010

España, una nueva historia (23)


La Edad Media española ha sido siempre una época de referencia, independientemente del color político e ideológico de quien la afrontara. Se han visto en ella rasgos tan característicos que durante años se estudió al margen de la historia europea y mediterránea de la que formaba parte indesligable; incluso se discutió a fondo si categorías de uso habitual entre los historiadores como feudalismo eran aplicables a sus formas sociales, económicas y políticas. Se isnsitió mucho en el fenómeno calificado en algún momento de Reconquista, es decir, la expansión militar de los reinos cristianos, y de repoblación, es decir, las diversas fases y formas de ocupación del suelo. La importancia por tanto de al-Andalus en el devenir histórico de España coincide con la Edad Media y eso también afecta a los reinos que se levantaron en armas. Desde Galicia a Cataluña, los reinos de León, Castilla, Navarra, Aragón, y el condado de Barcelona construyeron modelos políticos bien diferenciados, aunque coincidentes en dos cuestiones básicas. Todos eran cristianos fieles a la doctrina de Roma (los pocos casos de disidencia fueron rápidamente reprimidos) y todos compartían el deseo de expandirse a costa de los musulmanes. Por este motivo establecieron alianzas matrimoniales a lo largo de los siglos, buscando la manera de unificar criterios y fuerzas en esa lucha. No siempre lo consiguieron, es verdad, pero fueron mayores los motivos de consenso que de discordia.

viernes, 8 de enero de 2010

España, una nueva historia (22)


De "guerra más que civil" calificó isidoro de Sevilla el conflicto entre Leovigildo y sus hijos Hermenegildo y Recaredo: expresión prematura de una singular forma de ser española, donde el hecho religioso enfrenta al padre con el hijo. Para cualquier rey visigodo, sostiene Herwig Wolfram, siguiendo a Jordanes y Casiodoro, el peligro está en el origen de la legitimidad. Leandro de Sevilla tocaba ese punto con insolencia, y con ello cuestionaba la autoridad de Leovigildo, un arriano convencido como todos sus antepasados desde que fueron evangelizados por el obispo Ulfilas, proponiendo como rey a su hijo Hermenegildo, paladín de la causa católica. En cuanto a los catorce años de reinado de Leovigildo (572-586), la guerra contra los vascones y la fudación de la ciudad de Vitroia, en la llanura alavesa, aluden en último término a su deseo de articular un territorio fuerte sin injerencia eclesiástica. Ningún otro rey se atrevió a tanto ni fue tan lejos para caer tan bajo.

jueves, 7 de enero de 2010

España, una nueva historia (21)


En 1959, Ramón Menéndez Pidal, conocido internacionalmente como historiador del Cid, señalaba en un intencionado ensayo con el título de "Los españoles en la historia" que el reino de los visigodos fue el primer intento de creación de un Estado español, en el que habría tenido lugar por influencia de san Isidoro una formulación explícita de un sentimiento nacional. En el acalorado debate sobre si los visigodos eran españoles o no lo eran, Menéndez Pidal indagó sobre el "partidismo" que agitaba las dos facciones políticas cuyo trágico enfrentamiento puso fin a ese primer boceto de España, a sabiendas de que esa forma de presentar la historia visigoda era esencialmente una proclama política. Si arriesgó la tesis fue porque había calculado su efecto en las futuras investigaciones, que no era otro que la necesidad de conocer con exactitud los intereses sociales de las facciones en litigio. Comparando la situación española a finales de la década de 1950 con la situación vivida por el reino de los visigodos en su momento crítico tras la muerte de Recesvinto en 672 abría de nuevo la posibilidad de utilizar la historia como maestra de la vida, según el tópico ciceroniano heredado del helenismo. Pero una interpretación que ensalce semejantes posturas ideológicas y semejantes símbolos del honor patrio tenía escasa cabida en las maneras de hacer hsitoria de los años sesenta y siguientes.

España, una nueva historia (20)


Tenía nueve años y había acudido con mi padre al examen de ingreso al bachillerato. Me senté frente a un individuo con gafas y pelo ensortijado que me miraba con aire burlón. Tocaba historia de España. Un reto difícil, hubiera preferido geografía o literatura, materias con las que me encontraba más a gusto. La pregunta, no por obligada, resultaba compleja: recita la lista de los reyes godos. Una pausa para poner orden en la memoria, una mirada de soslayo a mi padre, que con los ojos parecía indicarme que ya me había advertido que me iban a preguntar "eso". Los segundos me parecieron horas, sobre todo porque el individuo en cuestión parecía impacientarse. Vamos, niño, ¿la sabes o no la sabes? No dudé por más tiempo. Allí iba: Fritigerno, Atanarico, Alarico I, Ataúlfo, Sigerico, Walia, Teodorico I, Turismundo, Teodorico II, Eurico, Alarico II, Gesaleico, Amalarico, Teudis, Teudiselo, Agila I, Atanagildo, Liuva I, Leogovildo, Recaredo I, Liuva II, Witerico, Gundemaro, Sisebuto, Recaredo II, Suintila, Iudila, Sindila, Sisenando, Chintila, Tulga, Chindasvinto, Recesvinto, Wamba, Ervigio, Égica, Witiza, Rodrigo. Sí, la había dicho y de corrido. Para el examinador yo sabía historia, y estaba en condiciones de ingresar en el bachillerato. Me sentí alivaido, mi padre respiró sin sonreír. Pero me quedó una duda: ¿sabía realmente historia por haber recitado esos nombres tan extraños? La recuperación una vez más de este listado no es sin duda una idea aberrante y tampoco responde a una oscura exaltación de la historia de los acontecimientos; más bien se trata de mostrar de qué manera en el pasado se distinguía la entidad de un pueblo mediante el recitado de los personajes representativos, al igual que hoy los adolescentes se saben los nombres de los jugadores de su equipo preferido.

martes, 5 de enero de 2010

España, una nueva historia. (19)


Entre los obispos hispanos calaron hondo las ideas de Orosio y de su maestro san Agustín. Unas ideas propias de personas descontentas que actúan contra los valores establecidos minando la coherencia de la comunidad y fomentando la rebeldía social. Es como si en medio de las invasiones bárbaras se tramara algo en contra de la autoridad imperial. ¿Recuperación de la vieja identidad ibérica? A veces se comenta que los bagaudas del valle del Ebro recuerdan la resistencia numantina ante las tropas de Emiliano. Era como un regreso al pasado. O quizás todo eso no es más que una ilusión moderna. ¿Significaron algo suevos, vándalos y alanos en la configuración del "bíos" español? En un mundo tan lleno de incertidumbre como el de los principios del siglo V, los pueblos bárbaros buscaron amparo en las pautas romanas. Para citar a Orosio de nuevo, cuya visión es muy similar a la de Gregorio de Tours: nada podía cambiar las formas de vida romanas, ni siquiera el hecho de que los invasores soñaran con suplantarlas en un futuro lejano.
En medio del debate, Ataúlfo recaló en Barcelona con sus ojillos puestos en Gala Placidia. La hermana del emperador, que la llevaba consigo como algo más que un rehén. A su alrededor se arremolinaron todos los ciudadanos contrarios a Roma con la sugerencia de que cambiara el nombre de aquellas tierras y las llamase Gothia en honor de su pueblo. Ataúlfo era una especie de rey para los visigodos y comenzó a sentir la presión de una época que iba a poner fin al Imperio Romano. La crónica de su vida se une a la gran epopeya de su pueblo. ¿Quiénes eran en realidad los visigodos?

lunes, 4 de enero de 2010

España, una nueva historia. (18)


Teodosio (347-395) fue un noble hispano educado en la vida cultural de Itálica, donde quizás nació, aunque algunos autores proponen Cauca, la actual Coca, que ascendió junto a su padre de forma vertiginosa, como era costumbre entonces y que recuerda a los ascensos de los mariscales de Napoleón que en cuestión de años alcanzaban el mando de las tropas e incluso de un reino. Éste fue su caso, elevado a la dignidad de emperador de oriente tras el desastre de Adrianópolis. ¿Un emperador español?

domingo, 3 de enero de 2010

España, una nueva historia. (17)


Y es que el hechizo de Bílbilis, famosa por sus espadas, compite con el tono efímero de la bacanal romana, tomando distancia de sus sofisticadas miserias y de la hipocresia de su gente. Es una distancia llena de melancolía, por eso se dice que es "española", la misma que siglos posteriores adoptarán Quevedo o Valle-Inclán. Cuando la poesía no solo es expresión de un sentimiento sino que refleja la realidad social, resuena con más fuerza al fijar las relaciones entre la memoria y el paisaje de la tierra natal.

España, una nueva historia. (16)


La primera impresión de Estrabón fue de desagrado. Desde el momento que ordenó los materiales que le sirvieron para redactar su "Geografía", Iberia fue nevuelta en un halo de tristeza, quizás porque, "en su mayor extensión, es una tierra poco habitable, pues casi toda se halla cubierta de montes, bosques y llanuras de suelo pobre y desigualmente regada. La región septentrional es muy fría por ser accidentada en extremo, y por estar al lado del mar se halla privada de relaciones y comunicaciones con las demás tierras, de manera que es muy poco hospitalaria. Así es el carácter de esta región. La meridional casi toda ella es fértil". Esa imagen ha perdurado durante siglos. Una geografía difícil, cuando no inhóspita, cuyo perfil resulta atractivo para las metáforas ya que el país se parece "a una piel tendida en el sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que la parte delantera mire al Oriente, y en sentido de su anchura del septentrión al Mediodía". La piel de toro. Una de las imágenes más perdurables de la península a largo de los siglos, que llega incluso a poetas contemporáneos como Salvador Espriu, que la convirtió en el centro de sus contrastadas reflexiones sobre el ser de España.

viernes, 1 de enero de 2010

España, una nueva historia. (15)


El nombre de Iberia, indiscutiblemente griego como los montes Pirineos o las Columnas de Hércules, tenía una larga tradición que se remontaba al historiador Heródoto. Pero las impresiones recibidas por Estrabón contribuyeron a fijar el paisaje y la memoria de la península Ibérica durante siglos al vincularlos a otro de los etnónimos más decisivos en ese verdadero acto de nombrar a lo deconocido, el de celtíberos, utilizado para designar a las poblaciones de este origen que habitaban en amplias zonas de la península.

España, una nueva historia. (14)


Hispania formará parte desde ese momento del mundo romano sin disidencias destacables. El imperio de Augusto, como habían temido Cicerón y otros relevantes republicanos, era un régimen horrible, pero acatado por todos. Según Ramsay MacMullen, en esos años se incrementó el proceso de urbanización, se mejoró la calidad de las obras públicas y se produjo una colonización a gran escala, en la que a los vetreanos de las legiones se sumaba la plebe procedente de la metrópoli. Además de eso, se llevó a cabo un agudo inventario de los territorios hispánicos, que fueron divididos en tres provincias, dotada cada una de ellas con su capital correspondiente al tiempo que se fragmentó los territorios en conventus con una finalidad jurídica y fiscal.