lunes, 13 de abril de 2009

Ni Bolonia ni boloñesa


Carta de un lector del Periódico de Catalunya.


Sería conveniente destacar que en la universidad no todo son grandes movimientos como el del famoso plan Bolonia; existen otros temas del día a día que, bien sea por su repetición cotidiana o por su extraña injusticia --extraña por el hecho de que en una institución como la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) aún se den-- también enojan a quienes los sufren.
El hecho es que, recientemente, en la Escola Tècnica Superior d'Ingeniería Industrial (ETSEIB), el restaurante universitario ha decidido expulsar a todos los alumnos que lleven fiambrera. Muchos de ellos no están dispuestos a pagar los 6,5 euros que cuesta el menú o, sencillamente, su economía se lo impide. El resultado es una visión denigrante de una escuela mal gestionada: salas de estudio (cuyo objetivo es claro) con mesas llenas de restos, alumnos estudiando que deben ceder su lugar a los estudiantes que llevan el táper y deben comer en algún lugar, pasillos convertidos en improvisados comedores y, quizá lo peor de todo, alumnos de la escuela comiendo en el suelo porque no quedan sillas. De hecho sí que quedan, pero están en aulas vacías a las que los conserjes no dejan acceder, cerrando a propósito (y por orden de la dirección) las puertas de las clases. Extraña situación cuando en el bar hay decenas de sillas sin que nadie las ocupe.
Recordemos que el bar se encuentra en el interior de un edificio público, con estudiantes, y que, pese a que en Alemania el menú universitario cuesta solo 2,5 euros y en Francia, 3, aún así en esos países es posible comer con fiambrera en los restaurantes universitarios.

S.A. Barcelona

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