jueves, 31 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (13)


La primera semilla de los males futuros del Imperio Romano fue la decisión de Octavio Augusto de pedir al Senado poderes ilimitados para acabar con la disidencia en la península Ibérica. ¿Es que nadie quiso entender que ocupar el territorio cántabro y tratar de romanizarlo (con o sin aliados) era esencialmente una empresa imperial y que no solo costaría grandes sumas de dinero a las arcas públicas sino que llevaría muchos años alcanzar el "triunfo"? Es posble que Octavio leyera a Polibio cuando planeó la campaña contra los pueblos cántabros; pero no debió de entenderlo habida cuenta de que la destrucción de Cartago costó más de un siglo y miles de soldados romanos.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (12)


La historia de la romanización de Hispania comienza con la guerra civil del siglo 1 a. C.: bellum civile, momento de suspensión de la concordia, escribió Cayo Julio César, consciente de que el enfrentamiento entre los generales romanos se engloba dentro de esa categoría. El odio que se respiraba conllevaba su inmensa capacidad de corroer el orden establecido, de mezclar y de remover la memoria social sin que nadie llegara a saber nunca cómo los viejos rencores se transformaban en impulsos asesinos. Así sucedió en la penísnsula Ibérica cuando sus habitantes empezaron a mirarse en el espejo de un conflicto político que no era el suyo, pero en el que vieron reflejadas sus ansias de venganza por ser lo que no deseaban ser.

martes, 29 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (11)


Más que la campaña de las guerras púnicas, escenario de una renovable ordalía en nombre de la civilización, es la guerra contra la cultura ibérica el secreto todavía no del todo descifrado de Roma, la prefiguración de la conducta militar del pueblo con el paso de los siglos mostrará su rostro en el sitio de Alesia contra Vercingetórix, en el saqueo de Alejandría o en la destrucción del templo de Jerusalén. La guerra contra los íberos es la primera manifestación de la insurgencia contra un poder imeprial. Polibio, sorprendido por su peculiaridad, escribió que "si alguien imaginara una guerra de fuego no pensaría en otra que en ésa". Los oscuros pastores lusitanos, los montañeses de Sierra Morena, desangraron las legiones romanas, luchando como guerrilleros contra un ejército regular imbuido del derecho de gentes, de la "buena fe" romana. (La palabra "guerrilla" es española y se acuñó muchos siglos después, entre 1808 y 1814, en la guerra contra Napoleón.)

España, una nueva historia. (10)


La inteligencia de un general tiene de paradójico que está hecha sobre todo de cosas que no se pueden aprender, o de cosas que sirven para representar lo que no se puede aprender. Napoleón lo llamaba suerte, otros sentido de la oportunidad. Escipión quiso tener a su alrededor una cosa u otra, consciente de que nada pervive sin ella. Es la misma actitud que siglos más tarde tendría en ese mismo lugar el general estadounidense George Patton cuando se enfrentó en condiciones desesperadas, tras el desastre del paso de Kassserine, al Afrika Korps del mariscal Erwin Rommel.

lunes, 28 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (9)


Polibio y Tito Livio convirtieron la clemencia de Escipión en el eje central de un detallado relato sobre la conquista de Cartagena. Ambos historiadores cuentan que unos soldados romanos, tras la toma de la ciudad, acudieron a la tienda de Escipión con una princesa ibera de excepcional belleza como botín de guerra. Era un tributo al general que les había conducido a la victoria, convencidos del interés de su jefe por las mujeres hermosas. Ella comentó que estaba prometida a Lucio, un jefe ibero de la región. No dijo más. su destino estaba en manos del altivo patricio romano. Llegó al campamento el padre de la muchacha con una importante suma para su rescate. La narración alcanza aquí el valor dramático que ofrecerán más tarde la pintura y la ópera moderna. Cuando acabaron las palabras, emergió el gesto de Escipión que, con el paso del tiempo, se transformó en una leyenda. entregó a la joven a su padre y convirtió el dinero del rescate en la dote de la novia. ¿Una historia rosa? En modo alguno, solo política.

España, una nueva historia. (8)


Ese es el telón de fondo elegido por Flaubert para Salambó. En respuesta a la rebelión de los mercenarios, Amílcar Barca, el miembro más rico e influyente de la dinastía, decidió convertir la península Ibérica en una colonia cartaginense. Los sacerdotes apoyaron su decisión y la transformaron en un gesto sagrado. Hicieron venir al mayor de sus tres hijos varones, un niño de nueve años llamado Aníbal: fue en ese momento cuando el padre le hizo jurar odio eterno a los romanos. Nunca rompió ese juramento, pese a que llegó a tener mil motivos para hacerlo. Pero el pueblo congregado en la plaza no acertó a ver que el gesto de ese niño sería el principal motivo del fin de Cartago. Como en otros muchos casos, el odio es la ruina de la civilización.

domingo, 27 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (7)


Comprendió entonces que la distribución de vino, aceite y sal entre la gente, lo que se llamaba entonces congiarios, no era suficiente y que debía dar un paso más hacia esa conducta del regalo que Paul Veyne calificó acertadamente de evergetismo: convertir la generosidad en popularidad, es decir, en el impulso para una carrera política. El pan y el circo existieron porque en Roma los cargos eran electivos, y se necesitaba recompensar a los votantes con sustanciales prebendas, algo así como en vísperas de una cita electoral la promesa de rebajar impuestos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (6)


Imaginemos la sensación de poder, teñida de erotismo, que debió tener Publio Cornelio Escipión cuando desembarcó cerca de la actual Tarragona, se supone, no lejos del actual paraje conocido como la "Torre de los Escipiones"; una sensación que sin duda debió reconfortar el ego de este hombre dañado por las desgracias que los cartagineses habían provocado primero en su familia, luego en su patria, Roma, a la que quería por encima de cualquier otra cosa; una virtud característica de los romanos de la clase senatorial. Además, cuando un gesto se convierte en el punto de partida de una acción política se habla de él, y lo que se dice, sobre todo en los libros de historia, se va transformando poco a poco por el complejo juego de la memoria y el olvido. Así, los fragmentos de lo que en un tiempo fue una simple vivencia se convierten en el único tejido para comprender que en este momento concreto comienza una nueva época.
Detengámonos en ese momento, observando de cerca al protagonista primcipal. Un general romano ante el mayor desafió de su vida. Me inclino a creer que Escipión percibió la península Ibérica como un país, al que no le costó llamar Hsipania, es decir, en traducción actual, España.

viernes, 25 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (5)


Como todo relato histórico, también éste podría definirse por una imagen poderosa. El lector se hará la suya, sin duda. Mi imagen es la siguiente. Veo al principio a un hombre, Publio Cornelio Escipión, que llega a la península Ibérica, la observa con detención, y piensa en ella como un país digno de formar parte de la civilización romana; al final en 1939, veo a un hombre, Pablo Ruiz Picasso, que se va del país al que Escipión había llegado veintidós siglos atrás para no volver nunca, destrozado, un sentimiento que el propio pintor plasmó en el rostro de "la mujer con sombrero", una pintura de 1962 cargada de significación sobre el futuro de España. Cuando las elites en el exilio, decepcionadas por la actitud de las democracias europeas, proponían a Picasso com ole icono de la resistencia, lo hacían por una causa justa: la libertad. El tiempo, como ocurre bastante a menudo, terminó por darles la razón.

jueves, 24 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (4)


La riqueza americana no impidió que en las aldeas y en las pequeñas ciudades la gente se muriera prácticamente de hambre. Esa paradoja forma parte de la memoria social española. Basta con visitar cualquier rincón de España para comprobar el poco imapcto en su paisaje de la grandeza del imperio universal; apenas unas mansiones señoriales de los aristócratas del lugar y de los altos funcionarios de la corte, unos monasterios y por supuesto la maciza iglesia en medio del pueblo. Pocas casas de gente trabajadora, el verdadero armazón de un país, al contrario de lo que ocurre con las granjas en Francia, Alemania o Inglaterra. He aquí un rasgo difícil de entender. España no supo administrar los inmensos recursos de su imeprio colonial en aras del bien social, sino más bien en representar aquello que más era. Dilapidó sin sentido, provocando las quejas de los arbitristas más sensatos que no cesaron de hablar de la decadencia de un país que paradójicamente dominaba medio mundo. ¿Por qué la sociedad española fue incapaz de prever los graves problemas del futuro, fue renuente a percibirlos una vez que se habían producido y fue incapaz de resolverlos una vez los hubo percibido? Todavía hoy mostramos cierta incredulidad acerca de que sucediera una cosa así en pleno Siglo de Oro de las letras españolas?

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Las diferencias entre aparcar en Barcelona o aparcar en L´Hospitalet de Llobregat.


La carta de un lector de El periódico de Catalunya

¿Área verde o área elitista? ¿Cómo se puede explicar que, cruzando uno al otro lado de la calle de la Riera Blanca, de L'Hospitalet de Llobregat, pierdas todo el derecho a aparcar en el área verde? Resulta que vivo a tan solo 30 metros de la ciudad de Barcelona y, sin embargo, parece que viva a 30 años luz. Tan cerca y a la vez tan lejos. Como es bien sabido, aparcar en L'Hospitalet es imposible o carísimo y, desde principios de febrero, nos han acotado los derechos.
Por no pertenecer a Barcelona ciudad, no se nos permite acceder al área verde de aparcamiento. Parece que la calle de la Riera Blanca fuera más que una frontera. Si tienes la suerte de vivir en el lado derecho... premio: tienes párking. En cambio, si eres de los que vive en el lado izquierdo... mala suerte, paga 120 euros al mes, en vez de 4 euros. ¿Cuándo pensarán los ayuntamientos que somos vecinos con derechos y no turistas?

Alejandro de Sandoval.

L´Hospitalet de Llobregat.

martes, 22 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (3)


George Santayana, que fue un "passionate pilgrim", describió la naturaleza española con sentido del humor en "Personas y lugares". "Fragmentos de una autobiografía". Hombre de una honestidad absoluta consigo mismo, nunca hizo concesiones cuando habló de su país natal mientras se adaptaba a la cultura literaria de su país de adopción, los Estados Unidos. En una ocasión por ejemplo, cuando le preguntaron por la guerra civil acuñó una de esas frases que se convierten en sentencias: "Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo". Gracias a esa clarividencia, pudo prescindir de las fantasiosas imágenes de España, escribir sin pausa a favor de su país natal, y tolerar tranquilamente que sus libros se leyeran solo en pequeños círculos de exiliados y que al principio su nombre fuera conocido solo en el mundo académico con escasas excepciones. Santayana demostró que la perplejidad se atenúa, e incluso se esfuma, mediante una educación adecuada y qie no importa vivir con estrecheces a cambio de poder pensar en libertad y audacia.

España, una nueva historia. (2)


Cervantes describió de manera incomparable la manera de ser española. El viaje del ingenioso hidalgo don Quijote de la mancha significa no sólo el triunfo de una persona contra la asfixiante atmósfera política de los tiempos de Felipe II, sino también el conflicto de una idea a la española con la evidencia. Baste pensar en la escena más célebre de tan célebre novela. Se trata del momento en el que la pareja protagonista atisba en el horizonte unos molinos de viento y ante el estupor de don Quijote, que ve en ellos a sus viejos enemigos, Sancho responde: "Mire vuestra merced que aquellos que allí parecen no son gigantes sino molinos de viento, hacen andar la piedra de molino". En efecto, no no es posible encontrar nada más genuinamente español que este diálogo entre dos personas que adoptan posturas tan opuestas a la hora de valorar lo que sus ojos ven. Los campos que luego recorrerán, con las consabidas aventuras, llevados por el deseo de hacer realidad la literatura, son el mejor testimonio de que en ese largo vaije desde el Toboso a Barcelona se encuentra el código para desvelar España. Tanto el quimérico don Quijote como el realista Sancho no solo querían conocer a fondo de su país, sino también buscaban con los sentidos y con el corazón los motivos por los que la única divina se había descompuesto ante ellos en cientos de verdades relativas.

lunes, 21 de diciembre de 2009

España, una nueva historia.

Con este post inicio una serie dedicada a recoger esbozos de "España, una nueva historia", el libro que acaba de publicar el historiador José Enrique Ruiz-Domènec.



Pero nada nos fue regalado. Hemos tenido que pagar por ello un alto precio. En silencio, hemos visto cómo la historia ha perdido protagonismo a favor de un sucedáneo llamado ciencias sociales. Todos nosotros somos testigos cada año del fracaso escolar de centenares de buenos muchachos aturdidos frente a libros de texto que poco tienen que ver con el conocimiento de la historia de España, tal como se ha entendido desde que Alfonso X empezara su crónica.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Partidos sociedades anónimas.

Estupenda columna de Carlos Carnicero en El Periódico de Catalunya.





Una de las características del capitalismo moderno es que la propiedad no es determinante ni del poder ni del gobierno de las empresas. Por un sistema de cooptación, los llamados ejecutivos logran un alto grado de autonomía en su gestión, que en las grandes corporaciones se refleja, en primer lugar, en unos sueldos y unas compensaciones de privilegio que no son refutadas por nadie con la excusa de unos resultados aceptables.
Los partidos políticos no se han sustraído a esa práctica de uso del poder. Los elegidos por la cúpula del partido, también por un sistema de cooptación –disimulado en congresos y asambleas donde los núcleos de poder predeterminan los resultados–, se autoerigen para cargos de dirección en los que luego gozan de una inmensa autarquía. El control de los militantes es teórico, y en la práctica casi imposible: su consuelo es formar parte de los aledaños del poder como palmeros.
Cuando el partido alcanza el Gobierno de la nación, el cesarismo está personalizado en el líder, que con el paso del tiempo y el uso del poder se contamina de un autismo galopante en el que las decisiones son personales, los nombramientos, arbitrarios, y la práctica es prescindir de los equipos. Del presidente Zapatero –uno de los políticos más aislados de su propio partido– se sabe ya que está sembrando el desconcierto y el descontento en sus propios colaboradores porque no consulta ni comparte responsabilidades, excepto con un grupo de asesores áulicos que no pertenecen a la dirección y que además han constituido una trama de intereses profesionales y personales a la sombra del presidente claramente perceptibles en un entramado de medios de comunicación conectados por amiguismo con la televisión pública.
Ahora, en mitad de la crisis, los criterios del Consejo de Ministros y de la ejecutiva del partido son ninguneados por un presidente tan personalista que lo planifica desde la elección de unos cuadros que tienen que reunir la condición imprescindible de ser incondicionales. La verdad es que el panorama político español es de tercera división. Y el futuro solo dibuja más de lo mismo.

martes, 15 de diciembre de 2009

Cataluña y los talibanes


José María Carrascal en ABC


«CATALUÑA se está muriendo. La están matando», en labios del presidente de un club que lo gana todo. Más que el eslogan electoral de alguien que intenta hacer carrera política, es la muestra del delirio a que puede llevar el nacionalismo. Un sentimiento honorable, positivo, cuando se queda en amor a nuestra tierra, a sus gentes y costumbres, pero que, convertido en fiebre apasionada, nubla la visión, trastorna la mente y lleva a la catástrofe. No hace falta recordar la Alemania borracha de nacionalismo bajo Hitler. Acabamos de tener un ejemplo de sus excesos en los Balcanes. El nacionalismo no es sólo «el refugio de la canalla», según Samuel Jonson. Es también el causante de la mayoría de las guerras de los siglos XIX y XX. Laporta exagera -el principal rasgo nacionalista-, pero con un fondo de razón, como los niños -curiosamente, «niños», en catalán, se dice «canalla»- y los locos: a Cataluña, en efecto, la están matando. Pero no España, como él implica. La está matando el nacionalismo rabioso, que le impide avanzar como el resto de las comunidades españolas, entre las que pierde posiciones, al dedicar sus esfuerzos a una causa tan anacrónica en nuestro mundo globalizado.
Es por lo que no despacharía las 166 «consultas populares» celebradas ayer en Cataluña con la displicencia de Zapatero: «No van a ninguna parte». También nos dijo que la crisis económica no nos afectaría. Otra vez el presidente cerrando los ojos a la realidad desagradable. Y su vicepresidenta, apoyándole: «No se ajusta a la ley y no tiene valor alguno». ¡Naturalmente que no se ajusta a la ley! ¡Como que es un fraude de ley! En su artículo 92, la Constitución establece que sólo el Rey, a propuesta del Gobierno, puede autorizar un referéndum, y lo de ayer fue un referéndum independentista ni siquiera camuflado. ¿Qué han hecho ustedes, doña María Teresa, para impedirlo? Absolutamente nada. En cuanto a que no tiene valor alguno, escuche a Carod Rovira: «No tiene fuerza legal, pero tiene fuerza moral». Dentro de poco, veremos a toda Cataluña votando, y votando «sí», porque contra el subidón nacionalista no hay razones, ni argumentos, ni «seny» que valga. Puede que muchos se queden en casa. Pero a votar «no» se atreverán muy pocos, por temor a la exclusión social e incluso a la agresión física. Ya oyeron al ex alcalde de Calella: «Tenemos el enemigo dentro de casa. A los del PP habría que matarlos». Cuando el tigre nacionalista se despereza, no hay quien lo pare.
Leo que en una conferencia pronunciada en Barcelona, Bill Clinton dijo «el futuro será Cataluña o talibán». No esperaba tanta perspicacia del presidente que convirtió el Despacho Oval en su picadero. Sólo erró en la conjunción: por este camino, el futuro será Cataluña y talibán. Y la pregunta que habría que hacer a los catalanes es: ¿queréis ser gobernados por vuestros talibanes?

domingo, 13 de diciembre de 2009

Gibraltar inglés


Arturo Pérez-Reverte en XL Semanal





Los guardias civiles son inocentes como criaturas. Tanto golpe de tricornio y bigotazo clásico, y luego salen pardillos vestidos de verde. A quién se le ocurre pedir instrucciones concretas al Gobierno español sobre cómo actuar en aguas próximas a Gibraltar, donde la Marina Real británica lleva tiempo acosándolos cuando sus Heineken se acercan a menos de tres millas del pedrusco, pese a que la colonia no tiene aguas jurisdiccionales. Cada vez que una lancha picolina anda por allí persiguiendo a narcotraficantes y demás gentuza, los de la Navy salen en plan flamenco a decirle que o ahueca el ala o se monta un desparrame, mientras la embajada británica denuncia «inaceptable violación de soberanía». Para más choteo, la marina de Su Graciosa usa boyas con la bandera española en sus prácticas de tiro, a fin de motivarse. Cada vez, nuestros sufridos guardias, «para evitar males mayores y siguiendo instrucciones», no tienen otra que dar media vuelta y enseñar la popa. Y claro. Como el papel es poco gallardo, algunas asociaciones profesionales de Picolandia piden que esas instrucciones se den de forma clara, para saber a qué atenerse. Porque hasta ahora, la única recibida de sus mandos es la de «seguir patrullando por las mismas aguas, pero evitar conflictos mayores». O sea, largarse de allí cada vez que los ingleses lo exijan. Que es cuando a éstos les sale del pitorro.

La verdad. No he hablado últimamente con el ministro Moratinos, ni con el ministro Pérez Rubalcaba. Ni últimamente, ni en mi puta vida. Pero eso no es obstáculo, u óbice, para que desde esta página me sienta cualificado –como cualquiera de ustedes– para despejar la incógnita que atormenta a nuestros picolinos náuticos. ¿Cuándo el ministerio español de Exteriores va a dar un puñetazo en la mesa?, preguntan. Y la respuesta es elemental, querido Watson. Nunca. Suponer a un ministro español dando puñetazos en una mesa inglesa, o somalí, requiere imaginación excesiva. Las instrucciones a la Guardia Civil puedo darlas yo mismo: obedecer toda intimación británica y no buscarle problemas al Gobierno, a riesgo de que los guardias chulitos acaben destinados forzosos en Bermeo, o por allí. Porque si insisten, y los detienen los ingleses, y se les ocurre resistirse a la detención, para qué le voy a contar, cabo Sánchez. Sujétese la teresiana. La instrucción, que ya regía en pleno esplendor cuando gobernaba el Pepé –a ése también se la endiñaban bien–, vale para todo incidente imaginable: desde ametrallamiento de bandera, a copita y puro de la Navy con las zódiacs de los narcos, pasando por submarinos nucleares con tubo de escape chungo y paradas navales con banda de música y majorettes. Por el mismo precio también incluye la opción de desembarco de los Royal Marines de maniobras en las playas de La Línea, como ocurrió hace unos años, y la sodomización sistemática de los agentes del servicio marítimo de la Guardia Civil o de Vigilancia Aduanera a quienes la marina inglesa, al mirarlos con prismáticos, encuentre atractivos. Todo sea por evitar conflictos mayores.

Y ahora, una vez claras las instrucciones –luego no digan que no son concretas–, una sugerencia: podríamos dejarnos ya de mascaradas. De teatro estúpido que ofende la inteligencia del personal, guardias civiles incluidos. Gibraltar no va a ser devuelto a España jamás, y ninguno de los gobiernos pasados, presentes ni futuros de este país miserable, con el Estado sometido a demolición sistemática y los ciudadanos en absoluta indefensión, está capacitado para sostener reivindicación ninguna, ni en Gibraltar ni en Móstoles. Y no es ya que los gibraltareños abominen de ser españoles. En esta España incierta y analfabeta, desgobernada desde hace siglos por sinvergüenzas que han hecho de ella su puerco negocio, lo que desearíamos algunos es ser gibraltareños, o franceses, o ingleses. Lo que sea, con tal de escapar de esta trampa. Huir de tanta impotencia, tanta ineptitud, tanta demagogia, tanto oportunismo y tanta mierda. Largarnos a cualquier sitio normal, donde no se te caiga la cara de vergüenza cuando ves el telediario. Lejos de esta sociedad apática, acrítica, suicida, históricamente enferma.

Podrían dejarse de cuentos chinos. Reconocer que España es el payaso de Europa, y que Gibraltar pertenece a quienes desde hace tres siglos lo defienden con eficacia, en buena parte porque nadie ha sabido disputárselo. Y porque la Costa del Sol, donde los gibraltareños y sus compadres británicos tienen las casas, el dinero y los negocios, se nutre de la colonia; y sin ésta esa tierra sería un escenario más, como tantos, de paro y miseria. Así que declaremos Gibraltar inglés de una maldita vez. Acabemos con este sainete imbécil, asumiendo los hechos. La Historia demuestra que la razón es de quien tiene el coraje de sostenerla. Nunca de las ratas cobardes, escondidas en su albañal mientras otros tiran de la cadena.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Hay mucha gente interesada en exagerar los riegos de la gripe A.

Interesantísma entrevista en El Periódico de Catalunya a Joan-Ramon Laporte, director del Institut Català de Farmacologia.




Conoce con precisión, porque los investiga desde hace decenios, qué son los fármacos y las vacunas. Reconoce tanto su poder terapéutico como sus riesgos e insuficiencias. Desconfía de la mayoría de consignas y mensajes sobre el virus gripal A/H1N1 que han lanzado las principales estructuras sanitarias del mundo desde que fue descrita la nueva gripe. Le inquieta la escasa investigación que subyace a decisiones políticas tan trascendentes y costosas como, por ejemplo, la adquisición masiva de antivirales. No teme a la gripe A.

–La consellera de Salut ha dicho que este invierno podríamos pasar la gripe A sin vacuna.
–Es que la pasaremos sin vacuna. De momento, no hay vacuna. Se han hecho un lío impresionante.

–¿Si la hubiera, se vacunaría?
–No. En principio, no tengo intención de vacunarme, aunque al personal sanitario se nos recomienda que lo hagamos. Ahora bien, si me llegaran datos de ensayos clínicos convincentes, que indicaran que la vacuna es realmente protectora, consideraría el hecho de vacunarme. También lo haría en el caso, muy improbable, de que la epidemia fuera gravísima. Los datos que llegan de Australia, donde aún es invierno, indican lo contrario.

–¿La vacuna que está en preparación no le inspira confianza?
–No tengo pruebas de que no se esté haciendo bien. Normalmente, las vacunas antigripales se elaboran con una cierta rapidez, porque existe una base que es común a las anteriores, pero esta nueva es un poco distinta, por el origen porcino del A/H1N1. Las bases de conocimiento disponibles son inferiores. Los ensayos que están en marcha miden la cantidad de anticuerpos que genera en las personas, su respuesta inmunitaria, pero no el grado de protección que tendrá la comunidad vacunada frente al virus. Eso se sabrá cuando se administre a millones de personas.

–¿Fue precipitado el anuncio de que habría una vacuna?
–Todo esto forma parte de la forma de funcionar de los políticos, que necesitan transmitir a los ciudadanos el mensaje que dice: «Todo está bajo control. Me estoy ocupando del tema. No os preocupeis. Hacemos todo lo que es posible». La ministra de Sanidad, además, ha mostrado un cierto afán de protagonismo.

–¿Es incorrecto transmitir calma?
–No. Pero si se les pregunta cómo es que lo tienen todo bajo control responden que es así porque han pagado 300 millones de euros a tal y tal laboratorio farmacéutico para que nos vendan vacunas de la gripe A, y porque han comprado aún más antiviral Tamiflú, por si había poco. Es decir, que han hecho una serie de cosas que no existe forma de demostrar que sirvan para nada.

–¿Cómo deberían actuar?
–A mí me parecería mucho más sensato que, si quieren (porque son políticos) dijeran algo tranquilizador, pero que añadieran que, sobre todo, están investigando. Ante una enfermedad causada por un virus desconocido lo que no pueden decir es que lo tienen todo bajo control.

–¿Dice que la adquisición de antivirales también forma parte de esa política tranquilizadora?
–Los antivirales, Tamiflú en concreto, que es el que se ha comprado aquí, no es un arma médica, ni sanitaria, ni farmacológica. Tal vez podría darse a personas con neumonías muy graves, pero es un fármaco poco eficaz. Quizás reduce la duración de la infección gripal de 4,5 días a 3,2 días. Es muy delicado utilizarlo como preventivo de la gripe para toda la población. Antes, habría que valorar tanto la eficacia del producto como sus efectos adversos.

–¿Cuáles son?
–Son potencialmente muy graves. Digestivos y neuropsiquiátricos. En Japón, donde se administró a una gran cantidad de población, ha provocado comportamientos alucinatorios y se han descrito suicidios muy violentos. Ahora se habla de darlo a embarazadas, cuando no sabemos qué efecto tiene en el feto. Solo se piensa en darlo y darlo, cuando lo que hay que hacer es investigar.

–¿Se han excedido las espectativas sobre el peligro de la gripe A?
–Se han exagerado. Hay mucha gente interesada en exagerar los riesgos de la gripe A: todos los que venden algo relacionado con ella, desde fármacos hasta antivirales, vacunas o mascarillas. La epidermis de esto son los medios de comunicación. Corre demasiada información no seleccionada y la gente se ha intoxicado.

–¿Y por qué se exageraría?
–Porque estamos ante una enfermedad que afecta a los países ricos. La OMS ha encontrado en esta gripe una forma de recuperar un protagonismo perdido, aunque aún es la entidad mundial con más autoridad moral. Hace 15 años era el único organismo que actuaba en políticas sanitarias, pero han aparecido otros con mucho más presupuesto. La gripe A es su panacea.

–¿Qué cree usted que ocurrirá con la gripe A este invierno?
–Tendrá una repercusión menor que la gripe del invierno pasado y habrá menos fallecimientos. Tengo un temor enorme de que se colapsen los servicios de salud, debidos a la política exagrada de la Administración. Solo hay que ver el documento que han elaborado las conselleries de Salut y Educació.

–¿El plan escolar frente a la gripe?
–Si. Uno de sus apartados dice: «Si un niño sufre síntomas susceptibles de ser gripe se le aislará y se avisará a su familia y a las familias de sus compañeros». Es decir, los maestros se pasarán el día telefoneando a los padres, que deberán dejar sus trabajos e ir a la escuela a recoger a los niños. ¡Y tenerlos en casa! O todo eso no se aplica, o el sistema se colapsa y a través de la escuela, se detiene toda la sociedad. Es un reglamento incumplible.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Jurar por jurar.

Aquí vemos a Zapatero jurando la Constitución. Recordemos que también ratificó en el Parlamento un Estatut anticonstitucional...Jurar por jurar...

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Plan Bolonia explicado sin rodeos.

Juan Carlos Mejuto, decano de la Universidad de Vigo, aclarando qué es el Plan de Bolonia.

Los olvidados

La opinión de María José Peña en el Blog de Impulso Ciudadano.

http://impulso-ciudadano.blogspot.com/2009/12/los-olvidados.html

Tradicionalmente el Estado del Bienestar es aquel que ha ido dotando a sus ciudadanos, a la gran mayoría de sus ciudadanos, de un amplio marco de derechos y de la satisfacción de perentorias necesidades, con lo cual se ha ido facilitando el acceso de todos al bienestar en todos los campos de la necesidad humana.

En nuestro país, el Estado del Bienestar ha dejado al margen a amplias capas de la población y, en los últimos tiempos, el bienestar más general se ha limitado tanto que alcanza solo a algunas capas de esa población.

Esta crisis, que no sé si nuestros gobernantes con su impericia, su negligencia o su ambición han podido provocar pero que sí estoy segura de que no saben resolver, arrastra a la pobreza cada vez a mayor número de colectivos y de ciudadanos. Nos estamos quedando sin clases medias que, súbitamente empobrecidas, caminan hacia la destrucción sin remedio de su propio tejido social.

Hoy que las empresas cierran, despiden empleados y dejan de pagar a sus acreedores; hoy que las empresas, base en la que se asienta la economía occidental, no venden apenas; hoy que el comercio se paraliza y las existencias crecen y crecen sin salida posible; hoy que nadie compra nada porque casi nadie tiene dinero para comprar y porque el temor y la inseguridad se han apoderado de los que aun disponen de él; hoy, crece y crece también el número de los que poco o nada tienen, de los olvidados del Estado de Bienestar.

En las grandes barriadas de los arrabales de la ciudad, en los barrios marginales de todas y cada una de nuestras poblaciones, crece la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la violencia. El Estado del Bienestar ha desaparecido y ha dejado tras de sí un ejército de huérfanos.

Estos desheredados de la tierra pululan por aquí y por allá en silencio, ignorados por la España oficial.

Los bares-tugurio se llenan desde primeras horas de la mañana. Resignados a una suerte incierta, jubilados y parados matan la preocupación en juegos de dominó y en carajillos de ánimo corto y largo olvido.

Las puertas de los mercados se hallan llenas de gentío. Hombres jóvenes y no tan jóvenes pululan por allí. Dentro, cada vez menos personas compran lo que cada vez es más barato para que alcance a abastecer la necesaria mesa sostenida cada vez con mayor exclusividad por la escuálida pensión de la abuela para un cada vez mayor número de comensales.

Las colas del paro crecen y crecen, y crece, asimismo, el número de los desesperanzados que ya no van a la cola del paro. Crecen y crecen las visitas a la estrecha y oscura oficina de los Servicios Sociales, y crece y crece la ausencia de respuestas a las peticiones formuladas.
Una ONG de tradición, Cáritas, recupera hoy para miles de ciudadanos abandonados la última esperanza de alguna ayuda, secreta para el entorno, que permita la subsistencia unos días más. Y es que la pobreza avergüenza.

Cada vez hay más gente en los servicios de los hospitales porque la enfermedad crece junto a la pobreza y cada vez hay más gente que renuncia incluso a eso, y sobrelleva o se abandona en la soledad de sus casas a una penuria olvidada por el ya también casi olvidado Estado del Bienestar.

Silenciosos grupos de subsaharianos cruzan cada día escalera en mano, o sin ella, por las pinedas de los barrios residenciales. No hablan ni piden nada. Son apenas sombras. Tratan de conseguir las piñas de los pinos que les serán compradas por no se sabe quiénes al precio de algunas monedas, las que precisan para matar el hambre cada día. Viven bajo unos plásticos habilitados como vivienda en los campos de la periferia, sin agua ni luz, sin higiene, con la salud incierta que da la biología y la suerte, sin trabajo, sin familia, sin dinero, sin amigos, sin papeles, sin futuro… El Estado del Bienestar nunca les acogió y en estos momentos de necesidad son contemplados por los pobres nacionales como enemigos con quienes se ven obligados a compartir algo. Y crece el racismo.

Los Bancos han sacado a la venta a través de determinadas inmobiliarias los centenares de pisos arrebatados o abandonados por quienes no podían ya pagar sus hipotecas. Muchos de estos antiguos propietarios, sin trabajo y sin dinero, han abandonado un piso que no podían pagar ni sostener, han entregado las llaves al Banco y, liberados mentalmente de lo que no podían soportar, han vuelto a sus orígenes, allá, en el pueblo donde el abuelo aun conserva una casa, o más allá en el país de origen, abandonando aquí el sueño de una nueva y mejor vida que les trajo un día lejano.

Solo los funcionarios callan y conservan su, para algunos exiguo tesoro, amparados por sindicatos de castas y reivindicaciones económicas que han abandonado descaradamente a otros colectivos. Y allí, algunos precariamente resguardados, otros muchos, generalmente los de escalafones inferiores, con escasa holgura, son sabedores de cuanto hay detrás del muro; otros, situados más arriba, permanecen ajenos, como siempre, a todo lo que esté al margen de su propia seguridad, su propio confort, su propio bienestar; algunos pocos aplicándose más que nunca a un servicio público que cada vez sirve menos y peor.

Allá lejos, muy lejos, casi perdido, el Estado del Bienestar.

Pero en la España oficial interesan otros temas:

Acabamos de descubrir que la salida de la crisis pasa por la Ley de Economía Sostenible, última ocurrencia de nuestro sin par Presidente para cambiar el modelo económico español que nos sacará a todos de esta crisis mortal en que nos ha sumido el cambio climático. ¡Y el resto de Europa, sin enterarse ni de las causas de la crisis ni de la “receta” para salir de ella!

También en el Congreso, los que nos representan a todos, han estado estos días muy atareados. Han estado ocupados en aprobar, a instancias de ERC (en pacto con el PSOE), una cuestión de la máxima urgencia: instar al Gobierno a retirar los crucifijos de las escuelas. Y es que ofuscados, como estamos, por menudencias, ¡ni nos habíamos dado cuenta de que estaban ahí! Ellos sí, los padres de la patria, atentos como están siempre a las necesidades de esos hijos a los que representan sí han advertido con prontitud cuales son ellas y se aprestan a satisfacerlas. ¡No más crucifijos en las escuelas¡ ¡Que se preparen los Belenes y otras manifestaciones de nuestra historia cultural!

Y en la Cataluña oficial pasa otro tanto.

La prensa, esa prensa cuyo deber primordial debería ser informar, urde, trama, se compincha bajo auspicios sospechados y se sube al carro político para agradar a sus benefactores (aquellos de quienes recibe subvenciones, anuncios y suscripciones) y dar por sentada una afrenta a la “dignidad” de la entelequia en la que, queramos o no, nos meten a todos sin pedirnos permiso e ignorando por completo la otra dignidad, la de aquellos otros ciudadanos de Cataluña sumidos en el abandono, la necesidad y la ausencia de derechos. Y es que, ya se sabe, lo importante es lo importante. Y lo otro no lo es.

Y entre lo importante está el “fer costat” a los amigos. La clase dirigente silencia e ignora todo cuanto le es posible los últimos escándalos de corrupciones aun no cerrados, casos Palau, caso Pretoria, ¡ya ni hablamos del tres por cien!… Todos los imputados y sospechosos de los mismos configuran una larga lista de pertenecientes a la casta dirigente de esa Cataluña tan digna que excluye de su seno y arroja de su amparo la dignidad de tantos de sus ciudadanos… Todos ellos miembros de esa unida clase dirigente que se apoya y se protege. Por eso, nadie sabía nada o alguien, tal vez muchos, cerraron los ojos para no advertirlo. Nada sabían y nada percibieron; los tenían al lado pero nada advirtieron antes y callan ahora tratando de salvar el prestigio de la casta.

Mientras tanto, gran número de municipios catalanes se suman a un ridículo referéndum orquestado por unos poderes públicos que no hallan causa de preocupación en la situación de los colectivos y los individuos de la Cataluña real.

Esto es cuanto interesa a la oficialidad y de cuanto se hacen eco los periódicos.

Lo otro, lo de más arriba, ni es de interés ni merece la atención de la prensa, ya sabéis, carece de “dignidad”, de esa “dignidad” que sí tiene esa irreal, arbitraria e inhumana Cataluña que se están inventando unos pocos...

jueves, 3 de diciembre de 2009

El golazo de la SGAE


Ignacio Escolar en Estrella Digital.




Los hay que están, literalmente, brindando con champán. El lunes por la noche, en un restaurante de Madrid, un alto ejecutivo de La Coalición de Creadores -un lobby contra la piratería que agrupa, entre otros, a la SGAE y las discográficas- presumía de haber metido "un gol al Gobierno": colar en anteproyecto de la Ley de Economía Sostenible una enmienda que permitirá cerrar páginas web que supuestamente violen la propiedad intelectual sin necesidad de ese engorroso trámite llamado juicio. La anécdota de la cena la cuenta César Calderón en su blog, y no es un cualquiera. Calderón es uno de los principales asesores del PSOE en temas de internet, uno de los muchos socialistas del Gobierno y de Ferraz que el martes se desayunaron, cabreados, con el penalty de la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde. Pero antes de seguir con la interna del PSOE, algunas explicaciones técnicas, que el tema se las trae.

¿En qué consiste esta espinosa reforma legal que tanto ha enfadado a muchos internautas? Básicamente, lo que hace es permitir que sea el Ministerio de Cultura, en lugar de un juez, quien tenga autoridad para cerrar una página web por incumplir la legislación sobre la propiedad intelectual. Hasta ahora, si la SGAE pretendía bloquear una de las muchas páginas donde se clasifican enlaces a descargas de música o películas, tenía que hacerlo por medio de una orden judicial. Y los jueces españoles, por el momento, estaban absolviendo a este tipo de webs por entender que no incumplen la ley, ya que sólo proporcionan información sobre dónde encontrar el archivo pirata, y no el archivo pirata en sí. Por llevarlo a la calle, donde los ejemplos son más fáciles de entender: es como si acusasen de piratería al vecino que te dice dónde se ponen los del top manta.

Como la justicia era un problema, Ángeles González Sinde ha decidido saltarse las siempre molestas garantías del Estado de Derecho. El Ejecutivo no sólo se ocupa de promover las leyes y de hacerlas cumplir, también será quien castigue a los supuestos infractores. Si esta reforma legal sale adelante, en lugar de que sea un juez quien sentencie si hay que cerrar o no una página web cuando existe una denuncia de piratería, lo hará una comisión nombrada por el propio Ministerio de Cultura. Esa comisión, que según González Sinde estará formada por "expertos" (ja) "independientes" (ja, ja, ja), no sólo decidirá los cierres. También podrá imponer sanciones administrativas, e incluso tendrá potestad para solicitar a los proveedores de acceso a internet que identifiquen al dueño de la página pirata, un dato que de nuevo sólo debería poder solicitar un juez. Será una comisión tres en uno: juez, fiscal y policía. Es lo bueno que tiene cargarse el Estado de Derecho: al menos ahorras.

La legislación vigente, desde que llegó la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información, ya permitía que la Administración ordenase el cierre de una web sin esperar a que opinase el juez, aunque sólo en casos excepcionales, urgentes y muy graves. La reforma amplía esta puerta falsa para convertirla en el portón principal: las entidades de gestión de derechos de autor, que no han encontrado en los jueces el respaldo que esperaban, a pesar de su ingente nómina de abogados, tendrían así un árbitro mucho más proclive a sus intereses.

La reforma ha sido toda una sorpresa: no se había dicho ni una sola palabra sobre ella en ninguno de los numerosos actos con los que el PSOE, el Gobierno y el propio presidente habían adelantado los contenidos de la Ley de la Economía Sostenible, un ley ómnibus a la que sólo le falta salir a comprar el pan y hacer la colada. De hecho, las operadoras de telefonía -directas afectadas por el plan- no sabían nada de ella hasta que lo contó la prensa el martes. Pero la decisión también pilló en fuera de juego a muchos diputados, y a varios altos cargos del Gobierno directamente implicados en el desarrollo de internet.

Los que sí sabían que el balón había cruzado la portería eran los del lobby antipiratería. El martes, a la vez que la polémica por la nueva reforma encendía la red, varios artistas se manifestaban frente al Ministerio de Industria. La elección de la fecha no es casual, y pretende parar la presión en internet -que se ha movilizado contra la reforma- para que así el Gobierno, atrapado entre dos fuegos, no anule el tanto. "La reforma no va a salir", confían aún en el PSOE los que no comulgan con las tesis de la SGAE. "Es lo bastante laxa para que luego, en el trámite parlamentario, se rebaje", explica un miembro del Gobierno. Y será ahí, en el Parlamento, donde probablemente este abuso se recorte: el PSOE tendrá difícil encontrar aliados para una ley así. Y ojalá sea así, pero sin duda queda mucho partido por delante.