lunes, 28 de diciembre de 2009

España, una nueva historia. (8)


Ese es el telón de fondo elegido por Flaubert para Salambó. En respuesta a la rebelión de los mercenarios, Amílcar Barca, el miembro más rico e influyente de la dinastía, decidió convertir la península Ibérica en una colonia cartaginense. Los sacerdotes apoyaron su decisión y la transformaron en un gesto sagrado. Hicieron venir al mayor de sus tres hijos varones, un niño de nueve años llamado Aníbal: fue en ese momento cuando el padre le hizo jurar odio eterno a los romanos. Nunca rompió ese juramento, pese a que llegó a tener mil motivos para hacerlo. Pero el pueblo congregado en la plaza no acertó a ver que el gesto de ese niño sería el principal motivo del fin de Cartago. Como en otros muchos casos, el odio es la ruina de la civilización.

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