miércoles, 11 de noviembre de 2009
El Bucle Melancólico. (16)
En realidad, al nacionalismo vasco le favorecen las escisiones. Le sirven para diversificar sus propuestas e incorporar nuevos sectores sociales, pero su expansión tiene un límite infranqueable: necesita mantener una dicotomía étnica entre vascos y españoles en el interior mismo del país. Por eso no conseguirá rebasar jamás los límites de la comunidad nacionalista; es decir, no será capaz de construir una comunidad nacional. No, al menos, mientras mantenga su concepción fundacional de Euskadi como un país invadido, ocupado por una nación enemiga. Pero eso es precisamente lo que le da sentido, razón de ser, al nacionalismo: la invasión.
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