jueves, 17 de septiembre de 2009
Anatomía de un instante. (23)
Fernando Claudín -uno de los amigos y colaboradores más estrechos de Carrillo durante casi treinta años de militancia comunista- escribió lo siguiente sobre el eterno secretario general: "Carecía de los mínimos conocimientos de derecho político y constitucional, y no hizo nungún esfuerzo por adquirir algunos. Tampoco era su fuerte la economía, la sociología u otras materias que le permitiesen opinar con conocimiento de causa en la mayor parte de los debates parlamentarios (...) su única especialidad era "la política en general", que suele traducirse en hablar de todo un poco sin profundizar en nada, y la maquinaria del partido, en la que, desde luego, nadie podía disputarle la competencia. Como siempre le había sucedido, no era capaz de encontrar tiempo para el estudio, absorbido siempre por reuniones de partido, entrevistas, coniliábulos, actos de representación y demás actividades de análogo tipo. La férrea voluntad que mostraba para otros menesteres, en especial para conservar el poder dentro del partido y para abrirse paso hacia él en el Estado, le faltaba por desgracia para adquirir conocimientos que dieran más solidez al ejercicio de esas funciones". Políticos gemelos: si admitimos que Claudín está en lo cierto y que la cita anterior define algunas flaquezas de Santiago Carrillo, entonces basta sustituir la palabra "partido" por la palabra "Movimiento" para que defina también algunas flaquezas de Adolfo Suárez.
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