martes, 27 de octubre de 2009

L´Hospitalet de Llobregat: residuos orgánicos e inorgánicos en una ciudad por limpiar.


El ayuntamiento de L´H ha marcado las directrices para el nuevo contrato de los servicios de limpieza y recogida de basura que entrará en vigor el 1 de enero de 2011. Una de las sorpresas es que el municipio tendrá, por primera vez, contenedores separados para la basura orgánica y la inclasificable, que en estos momentos se ubican en el mismo compartimiento. Es decir que llevamos muchos años haciendo el bobo, pensando que estábamos reciclando, cuando toda la basura acababa junta.
Debo aplaudir la decisión de aumentar en un 12% el gasto en limpieza, aunque se queda corto. En L´Hospitalet hay mucho que limpiar y lo peor es que parte de la mugre está enquistada en la ciudad.

lunes, 26 de octubre de 2009

Celestino Corbacho algo parecido a un xenófobo.


La opinión de Josep Cuní en El Periódico de Catalunya.


Es en la crisis cuando los extremos afloran. O maduran. Lo que sucede a los británicos con el British National Party se parece a lo que vivieron con Le Pen en Francia. Que su aumento de simpatías y votos se fragua entre la población obrera y en los barrios pobres. Tanto, que en las últimas elecciones locales, las del batacazo laborista, el BNP fue segunda fuerza en algunos enclaves y después se hizo con dos escaños en Estrasburgo en las europeas. El aumento del paro fue directamente proporcional a su popularidad: «Trabajos británicos para ciudadanos británicos», clamaban. Algo parecido se le escapó al ministro Celestino Corbacho en España.

Las taifacajas


Ricardo Carreras en La Voz Libre.

Otro de los especímenes gloriosos de la fauna ibérica -mucho más esplendoroso que el lobo de la fotografía que acaban de premiar- son las taifacajas.

En nuestra -a pesar de todo- amada España de las taifas autonómicas, la mayoría de las cajas -con excepciones- se han convertido en un útil y rentable juguete en manos del poder político de turno, especialmente -cómo no- del autonómico.

En esas taifacajas, los poderes públicos -que no son tales, son de unos pocos, muy pocos, gerifaltes partidistas- colocan a sus amigos -en las posiciones elevadas, claro está-, ponen y quitan a sus directores, reciben jugosos préstamos para sus partidos, que luego no devuelven en su totalidad -si es que deciden devolver algo. O sea, que hacen y deshacen a su antojo. Se han convertido, lamentablemente, al menos en parte, en el brazo financiero de la partitocracia, a menudo regional.

Las cajataifas, de regirse por criterios económicos, se habrían unido entre ellas. Se habrían impuesto desde hace tiempo las fusiones y cosas semejantes. Habría tres o cuatro grandes cajas, de carácter nacional y vocación global, como ocurre con los bancos. Pero no… los barones de cada taifa no quieren quedarse sin su juguete y, por eso, bloquean -con excepciones- fusiones de cajas que provienen de distintas comunidades autónomas -y por tanto, están fuera de su control total.

Por eso, hay que alabar -honrar a quien lo merece honra- la fusión, recientemente anunciada, entre Caja Navarra y Caja Canarias. Y digo yo, que si dos cajas de dos regiones distantes tienen incentivos económicos para unirse, lo tienen todas o casi todas las demás.

Pero hay otra cosa positiva. Ante los que se apresuran a decir que esta crisis global prueba las maldades del libre mercado y la supremacía de la gestión o propiedad pública sobre la privada, las taifacajas dan argumentos de peso en sentido contrario. Nos demuestran cada día lo contrario. Hay que agradecerles, al menos, eso.

Nuestras cajas -la mitad del sistema financiero, que se dice pronto- son las que más endeudadas están, las que más morosidad tienen -con excepciones-, las que peor y más a la ligera han prestado a rosos y vellosos -en algunos casos, sin oficio ni beneficio.

Y en ellas es donde más han prevalecido intereses y criterios ajenos a la buena gestión.

En España, la única entidad financiera de peso que se ha desmoronado por méritos propios, ha sido una caja. La intervenida Caja de Castilla La Mancha.

Actualmente, contemplamos, entre curiosos y divertidos -atónitos estaríamos, si no nos hubiéramos acostumbrado- las peleas por controlar Caja Madrid.

Compren palomitas, siéntense en primera fila y disfruten del espectáculo.

domingo, 25 de octubre de 2009

ERC o la política como estética


La opinión de Carlos Silva, asesor del Parlament de Catalunya y ciudadano hospitalense.


La crónica de los últimos días nos devuelve a ERC en gloriosa plenitud, convertidos en los auténticos estetas de la política catalana. La semana de celebraciones que empezó con un remake personal de la noche de Walpurgis, concluyó el pasado domingo con la ascensión en cuerpo y alma del ungido a los montes santuario de Nuria y el Puigmal. Sostenía Walter Benjamin que el Fascismo significaba la introducción de la estética en la vida política. Con estos actos públicos ERC entronca, pues, con una de esas tradiciones de antiguo tan de su agrado, de manera que sólo a través de un análisis estético podemos llegar a tener una intuición del significado de sus actos públicos.

Empecemos por el principio. La marcha nocturna de antorchas en recuerdo del Presidente Companys. Por si sola, la asociación de fuego y noche nos permite un viaje a través de la historia universal de la infamia: aquelarres, autos de fe, los desfiles de antorchas en el congreso del Partido Nazi en Núremberg en 1934. La muerte como escenografía imponente, atemorizante, de fondo, y el fuego que limpia, que ilumina, que profetiza el alba de un nuevo amanecer, de un nuevo orden. Mala poesía para un conjunto de malos actores. Me quedo con la parodia, siempre mucho más próxima al núcleo de verdad de las cosas. Me quedo con la primera asociación de ideas que me vino a la cabeza cuando me topé con las imágenes de Puigcercós, Laporta y Portabella desfilando silentes, circunspectos, sus rostros iluminados con el reflejo ámbar de las llamas. Me quedo con la imagen del Ku kux klan, los grotescos penitentes, y como, por un momento, imaginé que al llegar al final de su paseo no les esperaría un púlpito desde el que lanzar sus soflamas extáticas, sino una gran estelada incandescente alrededor de la que se dispondrían de manera ordenada, obediente, un poco ridícula, como preguntándose ¿y ahora qué?

El instante epifánico no llegaría hasta el fin de semana siguiente con el acto de proclamación de Puigcercós como candidato a la Generalitat en el santuario de Nuria y su secuela en forma de ascenso al Puigmal. Algunos lo podrían interpretar como una prueba de la existencia de Dios, pero lo cierto es que el tiempo ayudó a subrayar el aspecto ceremonial, ritual, del acto. Joan Puigcercós, los brazos extendidos, el santuario de Nuria como telón de fondo, reforzando, debido al frío, el abrigo de su escasa americana con un chaleco cortaviento que le proporcionaba la tirilla curial de rigor, nunca tuvo mayor aspecto de párroco rural. El elegido, tendiendo sus brazos, se ofrecía en sacrificio a su pueblo: ““¡Padre, si quieres, aparta de mi este cáliz! Sin embargo, no se haga mi voluntad, sino la tuya” Entonces, se le apareció un ángel que le confortaba.”

Grande como es la tentación de seguir el hilo de la pasión, muerte y resurrección de Cristo como referente de nuestro análisis iconográfico de la escenografía republicana, la auténtica madre del cordero (pascual, en este caso) la encontramos en la épica del Éxodo y el mito de Moisés liderando al Pueblo Elegido hacia la Tierra Prometida, en concreto en el episodio del Monte Sinaí y la alianza entre Yahvé y el pueblo de Israel. A los tres meses de salir de Egipto, Moisés y los hijos de Israel fijaron sus tiendas a los pies del monte Sinaí, tras lo cual Moisés subió a lo alto para hablar con Dios a solas. Éste le expuso las condiciones del pacto: “Si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.” Moisés, todo hay que decirlo, no tan cargo electo como Puigcercós, aceptó y Dios le transmitió la sabiduría contenida en las tablas de la Ley. Del mismo modo, con una ingenuidad y un infantilismo dignos de mejor empeño, Joan Puigcercós, acompañado de otros reconocidos escaladores de acantilados como Joan Puig, ascendió hasta la cumbre mítica del Puigmal, una vez ungido por su pueblo a los pies del santuario. Allí, selló de forma simbólica su pacto con el destino y la nación catalana plantando una estelada en la cima (aquí notamos la interferencia de las narrativas heroicas de Edmund Hillary y la coronación del Everest y Neil Armstrong y la llegada del hombre a la Luna). Hasta aquí todo encaja. Incluso los tres meses previos en el desierto de Moisés y los israelitas parecen una alusión vaga al preámbulo del gobierno tripartito. Pero, quizás, no todo esté ya dicho. Hay una parte de la historia que debería preocupar al líder y candidato independentista.

Al descender del Monte Sinaí, Moisés descubrió que los israelitas se habían cansado de esperar, de dilaciones, de oír promesas que acababan en nada, y, en su ausencia, habían construido un becerro de oro al que adoraban desenfrenados, pensando que tanto Dios como su líder se habían olvidado de ellos y que estos dos viejos ídolos eran cosa del pasado y ya no podían ofrecerles nada. Quizás la réplica de Esquerra a este capítulo de la historia esté todavía por escribir o esté siendo escrita en estos momentos. Quizás pronto veamos a un Puigcercós atónito, desconcertado, ante el espectáculo de sus propias huestes danzando embriagadas alrededor del becerro de oro de Reagrupament y las promesas de Carretero, su sumo sacerdote, de liberación de la buena, de la de verdad.

Lo preocupante de los despliegues escenográficos, ramplones pero voluntariosos, de ERC no es la mayor o menor sensibilidad estética que demuestran, sino la predominancia en ellos de un tema literario, el del artist manqué, o personaje frustrado, que incapaz de convertir en acto sus propias ambiciones, de transformar en arte la realidad, acaba intentando transformar la realidad en arte. Don Quijote es un artist manqué. Madame Bovary es una artiste manquée. Los asesinos en serie son, desde un punto de vista narrativo, artistes manqués. Adolf Hitler era, definitivamente, un artist manqué. Lo cual, cerrando el círculo, nos lleva de vuelta a Walter Benjamin y el principio de este artículo. Concluía, Benjamin, el pensamiento con el que abría este escrito sosteniendo que todos los esfuerzos dirigidos a hacer de la política una estética culminan, inevitablemente, en una sola cosa: la guerra. Por supuesto, eran otros tiempos y el filósofo alemán no hacía sino presentir la catástrofe que se cernía sobre Europa y que se llevaría su propia vida por delante. Por supuesto, el significado de sus palabras iba dirigido a un análisis más profundo, no sólo del fenómeno del fascismo, sino de los modos de producción y la sociedad de masas. Pero a veces es imprescindible simplificar o agarrarse a la anécdota para llegar a la verdad de las cosas. Puigcercós y ERC deberían meditar cuando fomentan de forma irresponsable la fractura de la sociedad catalana y se auto engañan con ensueños en que todo es posible de manera indolora, sin fricciones, la conclusión espontánea de un proceso inevitable. ERC y el independentismo catalán juegan con fuego real, un fuego que quema más que el de las antorchas nocturnas, al intentar convertir sus fantasías en realidad a cualquier precio y a despecho de cualquier consecuencia, manipulando, con sus escenificaciones de cartón piedra, la opinión de una ciudadanía aletargada, pasiva, a merced de unos adolescentes irresponsables.

sábado, 24 de octubre de 2009

jueves, 22 de octubre de 2009

Ley de lenguas para Aragón


La opinión de Román Lobera


Recientemente se ha admitido a trámite en el parlamento aragonés el proyecto de Ley de Lenguas para Aragón. Como siempre que se avanza en materia lingüística, no hay forma de acceder a la información desde los mismos partidos que la han promovido y aprobado.
En respuesta a esa estrategia de hacer las cosas “de tapadillo”, hasta que son “de facto”, y por si el aragonés medio no es consciente aún de lo que se le viene encima con este proyecto de ley, voy a hacer un pequeño esquema de las consecuencias de esta medida:
Que una lengua sea cooficial en una administración, aunque sea en parte, significa que cualquiera puede dirigirse en ella con perfecto derecho en cualquiera de las instituciones y servicios públicos de la comunidad.

Eso quiere decir que, en unos años, todos los funcionarios que atiendan al público, deberán responder adecuadamente a alguien que lo haga en catalán o en aragonés. Aunque sea el ayuntamiento de Purroy. A la hora de optar a un empleo público, o de cara al público, se darán prebendas a aquellos que conozcan una o las dos lenguas. Jueces, policías, conductores de autobús, taxistas, médicos, comerciantes, deberán estar preparados para servir a un catalanoparlante. La Universidad, la Justicia, Sanidad, vialidad, todas las instituciones se verán afectadas. ¿Por qué un aragonés que mañana estudie en fabla no podrá habría de poder acceder a unos estudios universitarios en una de las lenguas propias de su Comunidad?
Al margen de la brutal prioridad que obtendrán, automáticamente, ciudadanos de CC.AA. vecinas sobre los propios aragoneses, sobre todo para optar a empleo público, la cantidad de recursos en forma de dinero que deberá proveerse para dar adecuadamente dichos servicios públicos (carteles, folletos informativos, circulares, boletines, etc) nos empobrecerá radicalmente como región, y nuestros caciques podrán justificar sus políticas antisociales con la coartada de la lengua propia.

No hay que caer en la trampa de debatir si es apropiado llamarlo catalán o chapurreau, o si Cheso, Batués y Ansotano desaparecerán como variantes en pos de un aragonés de academia. Aquellos que incidan en ello, en realidad, están de acuerdo con el modelo, pero no con la etiqueta.

Bajo la excusa de conseguir una cosa perfectamente legítima, y que es que los menores sean escolarizados en su lengua materna, se nos cuela de rondón una terrible imposición. Si ésa fuera la razón, los hijos de magrebíes y rumanos (bastante más que hablantes de fabla) estarían amparados por este proyecto de ley. Por supuesto, existe otra trampa bajo las denominaciones que se han dado a las lenguas. Los que mirábamos con extrañeza un proceso de comarcalización sin ningún sentido en una Comunidad tan despoblada como la nuestra, ahora vemos en los límites comarcales fronteras administrativas que en breve serán políticas. No se nos escapa que, si el aragonés es la lengua de Aragón, el catalán lo es de Cataluña.

Ya no cabe ninguna duda de que el proyecto socialista, soterrado, para España, es Confederal. Ya podemos entonar un réquiem por el PSA, bienvenido el PSC. Ya no podemos, en Aragón, seguir viendo con la condescendencia de un padre los mapas políticos de los Països Catalans. Son una terrible realidad.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Coca-Cola, Fanta, Aquarius y los ‘Països Catalans’


Manuel Romero en la Voz Libre.

Menuda se ha liado porque gran parte de las latas de 33cl. de Coca-Cola, Aquarius y Fanta llevan grabada en su parte superior la leyenda de ‘Països Catalans’. Las partidas en cuestión corresponden a la producción que sale de Cobega S.A., la planta de Esplugues de Llobregat, en Barcelona. El azar ha querido que esa fábrica se encuentre en la calle Països Catalans 32 y que Coca-Cola tenga por norma marcar la dirección en el metal, junto a la anilla de apertura.

Es evidente que Coca-Cola no hace más que aplicar su protocolo interno: lata de metal, lata identificada con su origen. El Ayuntamiento de Espluges probablemente acordó de forma mayoritaria dar nombre a esa calle a sabiendas de la trascendencia y difusión que tendría su rótulo. De hecho, cuando se nombra a las calles se hace para homenajear a personas, lugares o acontecimientos históricos.

En este caso, el homenajeado son los ‘Països Catalans’, una entidad inexistente, reivindicada por los nacionalistas, siguiendo la estela de otras patrias, como la Gran Alemania o la Gran Serbia… En unos casos, unidos por la raza; en otros por la religión, y en el caso de Cataluña, la propuesta es la de la unión por la lengua. En definitiva: la aspiración a un territorio políticamente homogéneo en el que la lengua es la argamasa. Algo así como si Francia buscara su hegemonía sobre parte de Bélgica o Suiza por la única razón de compartir lengua.

A estas alturas de la película, en este país pequeño y poco poblado, ya nos conocemos casi todos. A muchos valencianos, aragoneses y baleares les molesta esa definición de los ‘Països Catalans’ que tanto evocan los antorchistas con la llama de la lengua que recorren el arco mediterráneo: “De Salses a Guardamar y de Fraga a Mahón”. Del Rosellón a Alicante y de Aragón a las Islas Baleares.

En nuestra democracia, bautizar calles con nombres que molesten a los vecinos está permitido. En Grecia, por ejemplo, son más puntillosos. Vetaron el reconocimiento de Macedonia por parte de la Unión Europea mientras llevara ese nombre, idéntico al de la región helena. Así que, desde entonces, arrastran lo de ‘Antigua República Yugoslava de Macedonia’. No me puedo imaginar a los griegos bebiendo Coca-Cola en latas procedentes de Skopie y con la leyenda ‘Macedonia’, aunque fuera el nombre de la calle de la planta de envasado.

Los políticos catalanes siempre han apelado a la sensibilidad con la que hay que tratar a esa Comunidad Autónoma. No hay que mencionar excesivamente la palabra España, no hay que exhibir la bandera española de forma ostentosa, la lengua castellana ha de asumir un papel secundario para expiar la opresión que se ejerció en su nombre… Me sorprende que ese estilo tan mesurado no corresponda con el que se trata a ciudadanos de otras partes del país. Pasqual Maragall llegó a sugerir que España cambiara de nombre si ese era el inconveniente por el que Cataluña no podía disponer de selecciones nacionales deportivas.

Denominar calles con nombres impopulares fuera de su ámbito geográfico conlleva un riesgo. En este caso el sambenito le ha caído a Coca-Cola, llamada a difundir el de ‘Països Catalans’ en sus latas. Eso es lo que buscaba el Ayuntamiento de Espluges, ¿no? Pues lo van a conseguir.

lunes, 19 de octubre de 2009

El lalalá


Un cuento de Elvira Lindo

Vaya disgustazo que nos llevamos mi santo y yo. Leemos en el periódico una entrevista con el escritor Ferran Torrrent y, en principio, yo que sé, parece que al hombre todo le iba bien. Que si con la literatura se ha comprado un BMW. Estupendo. Que si ganó un premio de cinco millones. Mola. Que si ya le han llevado tres novelas al cine. Me alegro. Que si es el escritor más vendido en catalán. Para tirar cohetes. Pero, joé, sigue hablando y dice que los de Madrid, pues que no le leemos, y que no es por señalar pero que él cree que eso se debe al anticatalanismo ancestral español.
¿Tú no has leído a Ferran Torrent por un anticatalanismo ancestral?, le pregunto a mi santo; me parece que no, me dice, pero vete tú a saber, como todo eso está en el subconsciente... O a lo mejor es porque soy de Jaén, y los de Jaén vamos todavía por el XIX en cuanto a lecturas se refiere. La que podías haberle leído eres tú, me dice mi santo, pero claro, como eres de Madrid. Tú sí que eres una anticatalana y una xenófoba, cuando Ferran señala a alguien está señalando a gente como tú.
¿Cómo yo?, le digo a mi santo, si en esta casa tenemos en un altar a Marsé, a Terenci, a Gil de Biedma, a Maruja...; ésos no te valen de ejemplo, me dice mi santo, tienen que escribir en catalán, ser pata negra. Che, che, che, le digo a mi santo, perdona, pero si yo hago todo lo que puedo por purgar mi pecado original, a los dieciséis años cantaba "La Estaca", prefería a Serrat en catalán, me quejaba porque Dagoll Dagom no representaran sus obras en su idioma materno, me emocionaba con "Els segadors", siempre dije que los catalanes eran más europeos, vete a mi barrio que todavía se acordarán, siempre que he ido a Barcelona me ha dolido la boca de decir que Madrid es un poblacho al lado de ese ejemplo de civilización, digo "munyetas" que parezco payesa, y la elegancia, ¿dónde he dicho yo que está la clase, cariño?, en el Pont Aeri; pero no nos quedemos sólo en la cultura catalana, mi familia es de Ademuz, un pueblo de Valencia que el único defecto que tenía es que era castellanohablante, pero con la ayuda de la Generalitat nos estamos normalizando; yo también hubiera salido a la calle con el puño cerrado por que el Lalalá se hubiera cantado en catalán. Soy madrileña, de la capital de la caspa, pero intento redimirme. Antes pensaba que la periferia era Moratalaz, o Vallecas, qué cutre fui. Ahora pienso que me hubiera gustado ser artista periférico-cultural, porque además así podría echarle la culpa de que no me leyeran a la xenofobia, ¿por qué mis libros no acaban de despegar en Alemania, cariño? Porque vista de lejos parezco turca y contigo al lado, pues más. Y lo mío conste que no tiene arreglo, pero tú te podías haber convertido en el artista oficial de Andalucía, ¿por qué no quisiste, que estás alelao?
No sé, me dijo mi santo, es que cuando me fui a apuntar ya habían cerrado el cupo. Ahora mismo me podía estar reuniendo con el presidente de la Junta de Andalucía para hablar de cultura. Al final te has hecho casi de Madrid, le dije a mi santo, y se lo dije con culpabilidad por haberle contagiado una enfermedad tan vergonzante. Ahora mismo, le dije, voy a escribir una postal a Ferran que diga Ferran, a partir de ahora no habrá libro tuyo que yo no me lea. Me gusten o no me gusten, por narices que me los voy a leer.
¡Pero no le mandes esa postal de los leones de las Cortes, joé!, me gritó mi santo, ¿ves cómo los de Madrid siempre vais avasallando?

domingo, 18 de octubre de 2009

El ayuntamiento de L´Hospitalet menos transparente que el de Coslada.


La organización Transparency International España, acaba de publicar el índice de transparencia de los Ayuntamientos del 2009.
Como Ayuntamiento más transparente de España encontramos a Sant Cugat del Vallés, y una ciudad que ha sido noticia en los últimos tiempos como Coslada se encuentra en el puesto 30. Si queremos encontrar a L´Hospitalet de Llobregat debemos bajar hasta el puesto 53. Que el Ayuntamiento de L´Hospitalet es poco transparente lo sabemos todos los hospitalenses pero siempre es bueno que una organización imparcial nos lo recuerde.
Si el Ayuntamiento de nuestra ciudad quiere mejorar debe cambiar mucho, pero se me ocurre una forma muy sencilla de hacerlo: publicar estos datos en todos los medios de comunicación municipales de la ciudad. Sabemos que esto no pasará y también sabemos que seguiremos en la opacidad más absoluta.

Celestino Corbacho y la censura a los periodistas

No es la primera vez: http://miguel-delamo.blogspot.com/2009/03/cuando-celestino-corbacho-echaba.html


sábado, 17 de octubre de 2009

Las aceras de L´Hospitalet de Llobregat


La carta de un lector de El Periódico de Catalunya:


Al instalar pivotes en las aceras de la calle Riera de la Creu, de L´Hospitalet de Llobregat, el ayuntamiento no ha aplicado la ley de accesibilidad: si no ha dejado un margen superior a 0,90 metros, ¿cómo pasarán las sillas de ruedas?

I.H Huertas L´Hospitalet de Llobregat

Josep Borrell y la historia reciente de nuestro país


Josep Borrell, el afamado ex ministro tuvo que dimitir de sus aspiraciones a presidente del Gobierno, respaldadas por unas elecciones primarias en el PSOE, cuando se descubrió que varias personas de su entorno más cercano habían estado mezcladas en un importante asunto de fraude fiscal, lo cual, para alguien que en tiempos se había presentado ante la opinión pública como implacable perseguidor de defraudadores, resultaba ciertamente impresentable. Pero, vamos a ver: si él mismo entendía que no era digno como candidato a presidente del Gobierno español, ¿cómo ha podido considerarse adecuado para presidir el Parlamento Europeo? ¿Y cómo han podido considerar sus compañeros de partido que, en efecto, no valía para lo uno pero sí para lo otro? ¿En razón de qué cabía bajar el listón de la honradez requerida, tratándose del segundo cargo?
No lo entendí, y sigo sin entenderlo. En España funcionan unas categorías éticas sumamente especiales. Lo que vale para esto no vale para lo otro, lo que valió ayer no vale hoy, pero volverá a valer mañana, si les interesa a los que marcan las pautas.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mienten como bellacos


Temen a China. Temen su impresionante expansión económica. Saben que los chinos están lanzados. Utilizan la disciplina comunista para reforzar el desarrollo capitalista. Tienen tasas de crecimiento increíbles. Lo fusilan todo: patentes, modelos... lo que haga falta.
Pero Washington sabe que China tiene un talón de Aquiles. Carece de fuentes energéticas naturales propias.
Solemos desconsiderar este género de factores, pero son claves en la determinación de la política mundial.
Ahora todo el mundo habla de que el petróleo se acaba. No se ponen de acuerdo los técnicos en la fecha de caducidad que tienen los combustibles fósiles como fuente de energía clave. Unos dicen que 20 años, otros que 30, otros que algo más. Pero todos dan por hecho que nuestras sociedades tienen que prepararse para dejar de pivotar sobre esas fuentes energéticas. Hay toda una serie de cálculos en marcha, incluyendo el estudio sobre cultivos agrícolas intensivos transformables en combustible para automóviles.
No defienden libertades, ni derechos humanos, ni nada por el estilo. Mueven sus peones militares pensando en la energía, en la supervivencia de sus modelos de bienestar. En la economía, en suma.
Ésas son su preocupaciones principales. Si no vemos la política internacional desde ese prisma, no entendemos nada de lo que hacen.
Mienten como bellacos.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Contra el anquilosamiento


Siempre me ha parecido que, cuanto más y con más libertad se exprese la gente, más fundamentadas resultan las decisiones. Por supuesto que hay quienes se aprovechan de la libertad de expresión para promocionar causas dudosas y favorecer ambiciones poco claras, pero eso forma parte de los políticamente inevitable, y hasta necesario.
Así obré, y así obraré siempre. Porque estoy convencido de que hay algo que es todavía peor que la división: la uniformidad forzada. Los partidos necesitan tener una cierta "movida" interna, porque si no se anquilosan.

sábado, 10 de octubre de 2009

El aprendiz de brujo


La opinión de Rosa Massagué en el Periódico de Catalunya


Había una vez en Italia una logia masónica clandestina llamado Propaganda Dos, más conocida como la P2. Sus afiliados eran, todos, gente con poder. Con mucho poder. Había banqueros, políticos de distinta orientación, militares de alta graduación, jefes de servicios secretos, empresarios, propietarios de medios de comunicación, periodistas e incluso algún miembro de la exiliada casa de Saboya. El mandamás de este conciliábulo era Licio Gelli, un toscano que había venido a España durante la guerra civil con los Camisas Negras que Mussolini había enviado para ayudar a Franco. También había sido uno de los fundadores del partido neofascista italiano después de la segunda guerra mundial y hoy es un anciano de 90 años que frecuenta la poesía y custodia su importante y temible archivo privado.

En los años 70, una larga serie de sucesos desestabilizadores, como fueron intentonas golpistas, atentados terroristas, escándalos financieros y enigmáticos asesinatos, sacudieron Italia. En 1981, las investigaciones sobre uno de los muchos misterios de aquellos años llevaron a unos jueces a seguir la pista de aquel maestro venerable y encontraron una lista con casi 1.000 nombres de afiliados a su logia secreta que explicaba vinculaciones con muchos de aquellos rompecabezas. Algo más tarde, hallaron un documento que sería más revelador.
Titulado Plan de renacimiento democrático, consideraba que los sindicatos y el Partido Comunista, que entonces era el segundo partido de Italia y negociaba el compromiso histórico con la Democracia Cristiana, eran dos excrecencias a eliminar y trazaba un programa político para crear un sistema autoritario dentro de una legalidad ad hoc en el que el papel de la información debería ser primordial.
El proyecto secreto era muy detallado. A grandes rasgos, preveía la instauración del bipartidismo, el control de los medios de comunicación, la reforma de la Constitución y la limitación del papel del presidente de la República, la reforma de la magistratura y la sumisión de su órgano de autogobierno al control del Ejecutivo, la compra de voluntades y muchas otras medidas que, aun siendo de menor calado, impregnaban la política y amplios sectores de la vida social.
Por fortuna, la ley y el orden democráticos funcionaron. La justicia hizo su trabajo y el Parlamento no se arredró. Una comisión de investigación del Legislativo, encabezada por Tina Anselmi, una diputada democristiana de reconocida independencia, concluyó en su larguísimo y muy documentado informe que la P2 era una organización criminal cuyo objetivo era: «Alterar, a menudo de un modo decisivo, el normal funcionamiento de las instituciones del país, en base a un proyecto […] destinado a socavar nuestra democracia».
El descubrimiento del plan, su carácter delictivo y el paso por los tribunales de su protagonista con las correspondientes condenas no implicaron la muerte de un proyecto que aspiraba a instaurar el autoritarismo en Italia. Aquel proyecto está realizándose lentamente. Ya en el 2003, a mitad del segundo Gobierno de Silvio Berlusconi, Gelli declaraba en una entrevista al diario La Repubblica: «Miro al país, leo los diarios y pienso que todo se está realizando, poco a poco, pieza a pieza. Quizá debería reclamar derechos de autor. La justicia, la televisión, el orden público. Lo escribí todo hace 30 años».
La erosión de las libertades, el control asfixiante de los medios de comunicación televisivos y de papel, con honrosas excepciones como el citado La Repubblica o L’Unità; el uso de la justicia con fines que poco o nada tienen que ver con la equidad y la manipulación de la magistratura; la difamación y el menosprecio del adversario; el debilitamiento del poder legislativo a base de gobernar sin ninguna justificación con decretos que no pasan por las cámaras; los repetidos ataques a la máxima representación del Estado, que es el presidente de la República, Y la adopción de medidas populistas de la peor especie en cuestiones como la inmigración y la ley y el orden, toda la acción de gobierno de Berlusconi en los años que ha permanecido al frente del Ejecutivo en los distintos mandatos parecen ser la puesta en práctica de aquel proyecto ideado por Gelli.
Sin embargo, hay un punto en el que difieren el proyecto masónico y la actuación del actual primer ministro. Gelli se presentaba como un salvapatrias y lo hacía moviendo los hilos detrás de las bambalinas (se le llamaba el titiritero), mientras que el actual presidente del Gobierno aspira a salvar sus negocios y lo hace desde un primer plano político y mediático. Otra diferencia es la confusión entre vida pública y vida privada de la que hace gala el político milanés.

La sentencia del Tribunal Constitucional italiano tachando de inconstitucional la infame ley Alfano, hecha a medida de Berlusconi para otorgarle inmunidad judicial, es una victoria del maltrecho Estado de derecho. Ahora, ante la ley, el primer ministro es el ciudadano Silvio Berlusconi. En el desempeño de su deber, los magistrados del alto tribunal han devuelto la seriedad a una Italia que se representaba en el chiste malo y la astracanada y que acepta sin apenas discusión la ejecución de un proyecto autoritario y antidemocrático.
Por cierto, el de Berlusconi era uno de los 972 nombres que aparecían en la lista de miembros de la P2. Pagó las modestas 10.000 liras (unos 6 euros) de su inscripción el 26 de enero de 1978.

jueves, 8 de octubre de 2009

Mario Sanz y como usar el facebook por la "face" en L´Hospitalet de Llobregat


Can Trabal es la última zona agrícola de L´Hospitalet que está a punto de ser víctima de un pelotazo...un pelotazo del que también sacará tajada, por cierto, Joan Laporta.
Esta semana nos soprendíamos al enterarnos de la identidad de dos personas que dan apoyo a los vecinos para que no se lleve a cabo la expropiación de la finca de Can Trabal. El primero es Joan Ignasi Pujana el ex-alcalde hospitalense que ostenta el dudoso honor de haber sido el primer político español juzgado por corrupción...un honor que fue premiado con mayorías absolutas continuas para su sucesor Celestino Corbacho. El otro sorprendente apoyo era el de Mario Sanz, Teniente Alcalde de L´H y portavoz del grupo socialista en el ayuntamento. Algún despistado pudo pensar que un político socialista había visto la luz, pero no es así. Mario Sanz corrió a declarar que él siempre ha apoyado la expropiación de Can Trabal y después sin sonrojo alguno dijo que: "todo había sido un fallo informático". ¿Por qué se metió Mario Sanz en el grupo de facebook que lucha contra la expropiación de Can Trabal?, muy sencillo se metió en este grupo de 2400 ciudadanos para espiar, para saber quién estaba, para saber lo que decían, para recibir información. Te han "pillao" con el carrito del "helao", poco a poco la ciudadanía está descubriendo la verdadera cara de los mandatarios hospitalenses, unos mandatarios que se acercan peligrosamente a los años que mandó Franco en España.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Asimilar elementos del enemigo



Recordemos el caso espectacular de los portugueses en Angola. Las autoridades portuguesas enseñaban a sus oficiales universitarios el marxismo-leninismo, porque ésa era la ideología de los guerrilleros del MPLA a los que debían combatir. Para que los conocieran mejor. Pero una parte de esos oficiales instruidos en la lucha contra el marxismo-leninismo se fue empapando poco a poco de la doctrina del enemigo y fue apreciando sus puntos fuertes. De modo que tomó cuerpo una tendencia revlucionaria dentro del ejército colonial portugués. Fueron los integrantes de esa tendencia los que, pasado el tiempo, constituyeron el Movimiento de las Fuerzas Armadas, que se levantó contra la dictadura salazarista y consiguió derrocarla.
Quiero decir con esto que, cuando tú combates a quien sea, asimilas elementos suyos. Le he estado dando muchas vueltas y creo que este es el único hecho que puede disculpar la sarta de sandeces que sorprendentemente se han soltado sobre la nueva financiación autonómica.

Anatomía de un instante. (y 51)


Con este post acabo la serie de retazos que os he seleccionado del último libro de Javier Cercas "Anatomía de un instante".


Es verdad: nada de lo anterior ocurrió gracias al golpe, sino a pesar del golpe; no ocurrió porque el golpe triunfase, sino porque fracasó y porque su fracaso convulsionó el país y pareció cambiarlo de cuajo. Pero sin el golpe esa convulsión no se hubiera producido, ni ese cambio, o no como se produjo y con la rapidez con que se produjo, y sobre todo no se hubiera producido lo más importante, y es que la Corona se armó de un poder y una legitimidad con las que antes del golpe ni siquiera había soñado. El poder del Rey provenía de Franco, y su legitimidad del hecho de haber renunciado a los poderes o a parte de los poderes de Franco para cedérselos a la soberanía popular y convertirse en monarca constitucional; pero ésa era una legitimidad precaria, que le restaba poder efectivo al Rey y lo dejaba expuesto al albur de los vaivenes de una historia que había expulsado del trono a muchos de los que lo precedieron en él. El golpe de estado blindó a la Corona: actuando al margen de la Constitución, usando la última baza de poder de un Rey sin poder -la que tenía como jefe simbólico del ejército y heredero de Franco-, el Rey paró el golpe y se convirtió en el salvador de la democracia, lo que colmó de legitimidad a la monarquía y la convirtió en la institución más sólida, más apreciada, más popular, más resguardada contra la crítica y, en el fondo, más poderosa del país. Eso es lo que sigue siendo ahora mismo, para la incredulidad de ultratumba de los antepasados del Rey y para la envidia de todas las monarquías del continente. O dicho de otro modo: si antes del 23 de febrero los golpistas hubieran realizado un cálculo de riesgos y beneficios y hubieran llegado a la conclusión de que era menos peligroso para la monarquía parlamentaria dar un golpe o permitir que se diese que no darlo, o si hubieran diseñado el golpe no para destruir la democracia sino para encogerla por un tiempo y resguardar así a la monarquía en un momento de zozobra y asentarla en el país, entonces habría razones para sostener que el golpe del 23 de febrero triunfó, o al menos que no fracasó por completo. Pero es mejor decirlo así. El golpe de estado fracasó por completo y fue su completo fracaso lo que convirtió el sistema democrático bajo la forma de la monarquía parlamentaria en el único sistema de gobierno verosímil en España, y por eso quizá es posible decir también que, igual que si hubiera querido insinuar que la violencia es la canttera de la historia, la materia de la que está hecha, y que únicamente un acto de guerra puede revocar otro acto de guerra -igual que si hubiera querido insinuar que únicamente un golpe de estado puede revocar otro golpe de estado, que únicamente un golpe de estado podía revocar el golpe de estado que el 18 de julio del 36 engendró la guerra y la prolongación de la guerra por otros medios que fue el franquismo-, el 23 de febrero no sólo puso fin a la transición y a la posguerra franquista: el 23 de febrero puso fin a la guerra.

martes, 6 de octubre de 2009

Anatomía de un instante. (50)


Durante los meses que siguieron al fracaso del golpe de estado algunos políticos y periodistas demócratas repitieron con frecuencia que el golpe había triunfado, o que al menos no había fracasado por completo. Era una figura retórica, un modo de alertar contra lo que consideraban un encogimiento de la democracia tras el 23 de febrero. El golpe no triunfó, ni siquiera triunfó en parte, pero a corto plazo algunos objetivos políticos de los golpistas parecieron cumplirse.
¿Cuál era en teoría el objetivo político fundamental de los golpistas? Para Armada, para Cortina, para quienes pensaban como Armada y Cortina -no para Milans y para tejero y para quienes pensaban como Milans y Tejero, que sin duda era la mayoría de los golpistas-, el objetivo político fundamental del 23 de febrero consistía en proteger la monarquía, rectificando o recortando o encogiendo una democracia que a su juicio constituía una amenaza para ella y enraizándola en España. Para conseguir este objetivo fundamental había que conseguir otro objetivo fundamental: terminar con la carrera política de Adolfo Suárez, que era el primer responsable de aquel estado de cosas, luego había que terminar con aquel estado de cosas: había que terminar con el riesgo de un golpe duro y antimonárquico, había que terminar con el terrorismo, había que terminar con el Estado de las Autonomías o ponerlo entre paréntesis o rebajar sus pretensiones y afianzar el sentimiento nacional, había que terminar con la crisis económica, había que terminar con una política internacional que irritaba a Estados Unidos porque distanciaba a España del bloque occidental, había que estrechar en todos los ámbitos los márgenes de tolerancia, había que darle una lección a la clase política y había que devolverle la confianza perdida al país. Ésos eran en teoría, insisito, los objetivos del 23 de febrero. En los meses posteriores al golpe -mientras el país trataba de asimilar lo ocurrido aguardando con más escepticismo que temor el juicio a los golpistas, y mientras el gobierno y la oposición practicaban una política de apaciguamiento con los militares y ciertos políticos y muchos periodistas denunciaban la realidad de una democracia vigilada por el ejército-, algunos de ellos se cumplieron de inmediato. La carrera política de Adolfo Suárez terminó el mismo 23 de febrero, justo cuando realizó su último acto verdaderamente político permaneciendo sentado en su escaño mientras las balas zumbaban a su alrededor en el hemiclo del Congreso. Sin el golpe Suárez tal vez tenía alguna posibilidad de regresar al poder; con el golpe no tenía ninguna: quizá podamos admirar a los héroes de la retirada, pero no queremos que nos gobiernen, así que después del 23 de febrero Suárez no fue más que un superviviente de sí mismo, un político póstumo. Después del golpe de estado todos los despachos oficiales, todos los balcones de los ayuntamientos, todas las asambleas de los partidos y todas las sedes de los gobiernos autonómicos florecieron bruscamente de banderas nacionales, y todas las cárceles se llenaron de delincuentes comunes. El golpe de estado, se ha dicho a menudo, fue la vacuna más eficaz contra otro golpe de estado, y es cierto: tars el 23 de febrero el gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo invirtió billones en modernizar las Fuerzas Armadas y realizó una purga en profundidad -sustituyó en bloque a la Junta de Jefes de Estado Mayor, pasó a la reserva a los generales más fraquistas, rejuveneció a los mandos, controló severamente los ascensos y remodeló los servicios de inteligencia- y, aunque después de 1981 hubo todavía varios intentos de rebelión militar, lo cierto es que fueron organizados por una minoría cada vez más excéntrica y aislada, porque el 23 de febrero no sólo desacreditó a los golpsitas ante la sociedad, sino también ante sus propios compañeros de armas, precipitando de esa forma el final de una tradición de dos siglos de golpes militares. Apenas tres meses después del 23 de febrero, el gobierno firmó el tratado de adhesión a la OTAN que durante años Suárez se había negado a firmar, lo que tranquilizó a Estados Unidos, contribuyó a civilizar al ejército poniéndolo en contacto con ejércitos democráticos e incrustó de lleno al país en el bloque occidental. Poco más tade, a principios de junio, el gobierno,los empresarios y los sindicatos, con el apoyo de otros partidos políticos y una intención semejante a la que animó los Pactos de la Moncloa, firmaron un Acuerdo Nacional de Empleo que frenó la destrucción diaria de miles de puestos de trabajo, redujo la inflación y supuso el inicio de una serie de cambios que anunciaban el principio de la recuperación económica de mediados de los ochenta. Y al cabo de un mes y medio el gobierno y la oposición firmaron entre grandes protestas de los nacionalistas la llamada LOAPA, una ley orgánica que amparándose en la necesidad de racionalizar el estado autonómico intentó poner freno a la descentralización del estado. Los terroristas no dejaron de matar, desde luego, pero es un hecho que después del golpe la actitud del país frente a ellos cambió, la izquierda se esmeró en arrebatarles las coartadas que les había entregado, las Fuerzas Armadas empezaron a notar la solidaridad de la sociedad civil y los gobiernos empezaron a luchar ocontra ETA con instrumentos que Suárez nunca se atrevió a utilizar. En marzo del 81 Calvo Sotelo autorizó la intervención del ejército en la lucha antiterrorista en las fronteras terrestres y marítimas, y sólo dos años más tarde, apenas llegaron al poder, los socialistas crearon el GAL, un grupo de mercenarios financiando por el estado que inició una campaña de secuestros y asesinatos de terroristas en el sur de Francia.

lunes, 5 de octubre de 2009

Anatomía de un instante. (49)


En la madrugada del 14 de junio de 1982 y pico después de que se conociera la sentencia del Tribunal de Justicia Militar que absolvía al comandante de inteligencia, cuatro potentes cargas explosivas hicieron saltar por los aires las cuatro sedes secretas de la AOME. Las bombas estallaron casi al mismo tiempo, en una operación sincronizada que no produjo víctimas, y al día siguiente los medios de comunicación atribuyeron el ataque a una nueva ofensiva terrorista de ETA. Era falso: ETA jamás reivindicó la acción, que llevaba la firma de la guardia civil y que sólo pudo realizarse contando con informes procedentes de miembros de la AOME. Todavía bajo el efecto de la tremenda tensión militar provocada por el consejo de guerra multitudinario y por la condena de algunos de los jefes más prestigiosos del ejército, hubo quien interpretó el cuádruple atentado como un signo de que estaba en marcha un nuevo golpe militar y como un aviso al CESID para que esta vez no se interpusiera en el camino de sus organizadores; lo más probables es que fuese un aviso más personal: muchos militares y guardias civiles estaban furiosos con el CESID porque el 23 de febrero no se había puesto del lado del golpe y había hecho lo posible por pararlo, pero aún estaban más furiosos con Cortina, que según ellos había lanzado a los golpistas a la aventura, los había abandonado a mitad del recorrido y había logrado pese a todo salir indemne del juicio. Este ominoso precedente y una cierta coincidencia de fechas y lugares explican las dudas que suscitó un episodio ocurrido un año más tarde, el 27 de julio de 1983. Ese día, sólo unos meses después de que el Tribunal Supremo dictase sentencia definitiva multiplicando por dos la pena de la mayoría de los condenados por el 23 de febrero, el padre de Cortina murió calcinado en un incendio que se declaró en su domicilio; el hecho de que el lugar fuera el mismo donde según Tejero se celebró su entrevista con el comandante en los días previos al golpe, por no hablar de las circunstancias en que se produjo el siniestro -a las cuatro de la tarde y mientras el progenitor de Cortina dormía-, terminó de reforzar la hipótesis de una venganza. Cortina y los investigadores atribuyeron el incendio a un cortocircuito eléctrico, la explicación no convenció a casi nadie, pero no siempre la verdad convence. Sea como sea, pasado el juicio Cortina se reintegró en el ejército, aunque nunca volvió a los servicios de inteligencia -todos sus destinos a partir de entonces estuvieron relacionados con la logística-, no consiguió disipar las sospechas que pendían sobre él, su equívoca reputación lo persiguió a todas partes y en los años ulteriores el ejército apenas conoció un escándalo con el que no se pretendiese relacionar su nombre. En 1991, ya ascendido a coronel, fue cesado en su cargo por facilitar la filtración a la prensa de planes secretos de operaciones militares, pero, a pesar de que finalmente fue absuelto de la acusación de negligencia, para entonces ya había solicitado su pase a la reserva. Luego, durante algún tiempo, asesoró a un vicepresidente del gobierno de José María Aznar, y en la actualidad posee una consultoría de seguridad familiar. Mientras termino este libro es un anciano atlético, de pelo blanco y escaso, con la calva punteada de pecas, de gafas de montura dorada y nariz de boxeador, un hombre afable, irónico y risueño que tiene en su despacho un retrato firmado del Rey y que desde hace muchos años no quiere oír ni una sola palabra del 23 de febrero.

Anatomía de un instante. (48)


Los principales responsables del 23 de febrero tardaron más tiempo en salir de prisión, algunos de ellos han muerto. El último en obtener la libertad fue el teniente coronel Tejero, quien un año después del golpe intentó en vano presentarse a las elecciones con un efímero partido llamado Solidaridad Española cuyo eslogan de campaña rezaba: "Mete a Tejero en el Congreso con tu voto"; como muchos de sus compañeros, durante sus años de reclusión llevó una vida confortable, agasajado por algunos de los directores de las cárceles donde cumplió condena y convertido en un icono de la ultraderecha, pero cuando en 1996 salió de prisión ya no era un icono de nada o sólo era un icono pop, y sus únicas actividades conocidas desde entonces son pintar cuadros que nadie compra y manadar a los diarios cartas al director que nadie lee, además de celebrar cada mes de febrero el aniversario de su gesta. Milans murió en julio de 1977 en Madrid; fue enterrado en la cripta del Alcázar de Toledo, donde había iniciado su historial de guerra de héroe franquista; como Tejero, nunca se arrepintió de haber organizado el 23 de febrero, pero después de esa fecha abandonó su monarquismo de siempre, y a lo largo de los años que pasó en prisión acicateó o bendijo casi todos los nuevos intentos de golpe de estado, incluido el que el 2 de junio de 1985 proyectaba asesinar a la cúpula del ejército, al presidente del gobierno y a la familia real en pleno durante un desfile militar. Armada, en cambio, sí continuó siendo monárquico, o al menos es lo que él asegura, si bien en ninguna de sus numerosas declaraciones públicas -ni desde luego en sus melifluas y tramposas memorias- ha dejado de alimentar la ambigüedad sobre el papel del Rey en el golpe; fue indultado por un gobierno socialista a finales de 1988, y desde entonces divide su vida entre su casa de Madrid y su pazo de Santa Cruz de Rivadulla, en La Coruña, una aristocrática mansión barroca donde hasta hace poco cuidaba personalmente un vivero que produce cien mil especímenes de camelia. Por lo que respecta a Cortina, lo ocurrido con él tras el golpe merece una explicación menos sucinta.

domingo, 4 de octubre de 2009

Anatomía de un instante. (47)


Uno de los primeros parlamentarios en salir fue Adolfo Suárez. Lo hizo solo, urgente, ignorando a los soldados alineados en el patio, pero al cruzar la verja de entrada y dirigirse hacia su coche oficial advirtió la presencia del general Armada y, porque en algún momento de sus largas horas de encierro a solas en el cuarto de los ujieres había oído que el antiguo secretario del Rey estaba negociando una solución al secuestro, Suárez se desvió hacia él, lo saludó calurosamente y casi lo abrazó, convencido de que el hombre a quien siempre había considerado un golpista en potencia y en los últimos tiempos el promotor de vidriosas operaciones políticas contra el gobierno había sido a la postre el responsable de su liberación y del fracaso del golpe. Otros diputados copiaron el gesto de Suárez, entre ellos el general Gutiérrez Mellado, pero casi todos ellos recordarían muchas veces la cara de cadáver del general Armada mientras encajaba sus efusiones. Eran las doce en punto de la mañana de un martes helado y brumoso, acababan de transcurrir las diecisiete horas y media más confusas y decisivas del último medio siglo de historia de España y el golpe del 23 de febrero había terminado.

Anatomía de un instante. (46)


Fueron las últimas palabras que pronunció en público. Ahí acabó todo. Luego, durante algunos años, desapareció, enecerrado en su casa de La Florida, y fue como si se hubiera muerto. De hecho, todo el mundo empezó a hablar de él como si estuviera muerto. Yo mismo he escrito este libro como si estuviera muerto. Un día, sin embargo todos los periódicos españoles reprodujeron en portada su útima fotografía. La había tomado su hijo Adolfo el día anterior, y en ella Suárez aparece acompañado por el Rey en el jardín de la casa de La Florida. Los dos hombres están de espaldas, caminando bajo el sol por un césped recién segado hacia una arboleda frondosa. El Rey viste traje gris y apoya su mano derecha sobre el hombro derecho de Suárez, con aire amistoso o protector; Suárez viste una camisa azul remangada, un pantalón beis y unos zapatos ocres. La fotografía captura un momento de una visita del Rey a Suárez para entregarle el collar de la Orden del Toisón de oro, la máxima distinción que concede la Casa Real española, según las crónicas, el Rey también se lo ha concedido a otras figuras trascendentales en el pasado reciente de España -entre ellas el Gran Duque Juan I de Luxemburgo, Beatriz i de los Países Bajos o Margarita II de Dinamarca-, aunque al chisgarabís que le ayudó como nadie a conservar la Corona sólo se la concedió hace poco más de un año, y hasta ese día no ha tenido tiempo de entregársela. La gratitud de la patria.

jueves, 1 de octubre de 2009

Anatomía de un instante. (45)


Todo esto fue un espejismo, el póstumo fulgor de una estrella extinguida, los cien días de gloria del emperador destronado. Me resisto a creer que Suárez lo ignorara; me resisto a creer que Suárez lo ignorara, me resisto a creer que hubiera vuelto a la política ignorando que no volvería al poder: al fin y al cabo muy pocos sabían como él que quizá es imposible llevar la ética a la política sin renunciar a la política, porque muy pocos sabían como él que quizá nadie llega al poder sin usar medios dudosos o peligosos o simplemente malos, jugando limpio o esforzándose al máximo por jugar limpio para fabricarse un lugar honorable en la historia; me pregunto incluso si no sabía más, si no intuía al menos que, suponiendo que podamos de veras admirar a los héroes y no nos incomoden o nos ofendan disminuyéndonos con las enfáticas anomalías de sus actos, quizá no podamos admirar a los héroes de la retirada, o no plenamente, y por eso no queremos que vuelvan a gobernarnos una vez concluida su tarea: porque sospechamos que en ella han sacrificado su honor y su conciencia, y porque tenemos una ética de la lealtad, pero no tenemos una ética de la traición. El espejismo, en cualquier caso, apenas duró un par de años: al tercero ya había emepzado a invadir el Congreso y la opinión pública la certeza de que lo que Suárez llamaba una política de estado era en realidad una política ambigua, tramposa y populista, que buscaba en Madrid los votos de la izquierda y en Ávila los de la derecha, y que le permitía pactar con la izquierda en el Congreso y con la derecha en los ayuntamientos; al cuarto, tras cosechar resultados decepcionantes en las elecciones generales y europeas, surgieron los problemas en el partido, las divisiones internas y los expedientes a los militantes díscolos, y la derecha y la izquierda vieron la ocasión esperada de ultimar a un adversario común y se arrojaron a la vez sobre él en busca de sus votantes de izquierda y de derecha: al quinto año sobrevino el derrumbe: en las elecciones autonómicas del 26 de mayo del 91 el CDS perdió más de la mitad de sus votos y quedó fuera de casi todos los parlamentos regionales, y aquella misma noche Suárez anunció su dimisión como presidente del partido y su renuncia a su escaño en el Congreso. Era el final: un final mediocre, sin grandeza y sin brillo. No daba más de sí: estaba exhausto y desilusionado, impotente para volver a presentar batalla dentro y fuera de su partido. No se retiraba: lo retiraban. No dejaba nada tras él. UCD había desaparecido hacía años, y el CDS no tardaría en desaparecer. La política es una carnicería. Se oyeron muchos suspiros de alivio, pero ni un solo lmamento por su retirada.