miércoles, 21 de octubre de 2009

Coca-Cola, Fanta, Aquarius y los ‘Països Catalans’


Manuel Romero en la Voz Libre.

Menuda se ha liado porque gran parte de las latas de 33cl. de Coca-Cola, Aquarius y Fanta llevan grabada en su parte superior la leyenda de ‘Països Catalans’. Las partidas en cuestión corresponden a la producción que sale de Cobega S.A., la planta de Esplugues de Llobregat, en Barcelona. El azar ha querido que esa fábrica se encuentre en la calle Països Catalans 32 y que Coca-Cola tenga por norma marcar la dirección en el metal, junto a la anilla de apertura.

Es evidente que Coca-Cola no hace más que aplicar su protocolo interno: lata de metal, lata identificada con su origen. El Ayuntamiento de Espluges probablemente acordó de forma mayoritaria dar nombre a esa calle a sabiendas de la trascendencia y difusión que tendría su rótulo. De hecho, cuando se nombra a las calles se hace para homenajear a personas, lugares o acontecimientos históricos.

En este caso, el homenajeado son los ‘Països Catalans’, una entidad inexistente, reivindicada por los nacionalistas, siguiendo la estela de otras patrias, como la Gran Alemania o la Gran Serbia… En unos casos, unidos por la raza; en otros por la religión, y en el caso de Cataluña, la propuesta es la de la unión por la lengua. En definitiva: la aspiración a un territorio políticamente homogéneo en el que la lengua es la argamasa. Algo así como si Francia buscara su hegemonía sobre parte de Bélgica o Suiza por la única razón de compartir lengua.

A estas alturas de la película, en este país pequeño y poco poblado, ya nos conocemos casi todos. A muchos valencianos, aragoneses y baleares les molesta esa definición de los ‘Països Catalans’ que tanto evocan los antorchistas con la llama de la lengua que recorren el arco mediterráneo: “De Salses a Guardamar y de Fraga a Mahón”. Del Rosellón a Alicante y de Aragón a las Islas Baleares.

En nuestra democracia, bautizar calles con nombres que molesten a los vecinos está permitido. En Grecia, por ejemplo, son más puntillosos. Vetaron el reconocimiento de Macedonia por parte de la Unión Europea mientras llevara ese nombre, idéntico al de la región helena. Así que, desde entonces, arrastran lo de ‘Antigua República Yugoslava de Macedonia’. No me puedo imaginar a los griegos bebiendo Coca-Cola en latas procedentes de Skopie y con la leyenda ‘Macedonia’, aunque fuera el nombre de la calle de la planta de envasado.

Los políticos catalanes siempre han apelado a la sensibilidad con la que hay que tratar a esa Comunidad Autónoma. No hay que mencionar excesivamente la palabra España, no hay que exhibir la bandera española de forma ostentosa, la lengua castellana ha de asumir un papel secundario para expiar la opresión que se ejerció en su nombre… Me sorprende que ese estilo tan mesurado no corresponda con el que se trata a ciudadanos de otras partes del país. Pasqual Maragall llegó a sugerir que España cambiara de nombre si ese era el inconveniente por el que Cataluña no podía disponer de selecciones nacionales deportivas.

Denominar calles con nombres impopulares fuera de su ámbito geográfico conlleva un riesgo. En este caso el sambenito le ha caído a Coca-Cola, llamada a difundir el de ‘Països Catalans’ en sus latas. Eso es lo que buscaba el Ayuntamiento de Espluges, ¿no? Pues lo van a conseguir.

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