martes, 26 de enero de 2010

España, una nueva historia (51)


En mayo de 1410, los restos mortales de Martín el Humano se trasladaron a la catedral de Barcelona, aunque él había ordenado expresamente que le enterrasen en el monasterio cisterciense de Poblet junt a su padre Pedro IV y otros miembros de la familia. En ese momento, la Corona de Aragón dejó de tener rey. Los cuatro hijos legítimos del finado (Martín, Jaime, Juan y Margarita) habían fallecido antes que él; solo quedaba Fadrique, el niño que nació fuera del matrimonio, y parecía difícil que llegara al trono, pese a que años atrás lo había hecho en Castilla Enrique II en condiciones análogas, claro que tras una guerra civil. Ante todo se imponía evitar un conflicto de esa naturaleza. La sucesión del rey debía hacerse conforme a los principios del pacto político, un rasgo característico de la Corona de Aragón heredado de las viejas costumbres feudales catalanas.

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