sábado, 9 de enero de 2010

España, una nueva historia (23)


La Edad Media española ha sido siempre una época de referencia, independientemente del color político e ideológico de quien la afrontara. Se han visto en ella rasgos tan característicos que durante años se estudió al margen de la historia europea y mediterránea de la que formaba parte indesligable; incluso se discutió a fondo si categorías de uso habitual entre los historiadores como feudalismo eran aplicables a sus formas sociales, económicas y políticas. Se isnsitió mucho en el fenómeno calificado en algún momento de Reconquista, es decir, la expansión militar de los reinos cristianos, y de repoblación, es decir, las diversas fases y formas de ocupación del suelo. La importancia por tanto de al-Andalus en el devenir histórico de España coincide con la Edad Media y eso también afecta a los reinos que se levantaron en armas. Desde Galicia a Cataluña, los reinos de León, Castilla, Navarra, Aragón, y el condado de Barcelona construyeron modelos políticos bien diferenciados, aunque coincidentes en dos cuestiones básicas. Todos eran cristianos fieles a la doctrina de Roma (los pocos casos de disidencia fueron rápidamente reprimidos) y todos compartían el deseo de expandirse a costa de los musulmanes. Por este motivo establecieron alianzas matrimoniales a lo largo de los siglos, buscando la manera de unificar criterios y fuerzas en esa lucha. No siempre lo consiguieron, es verdad, pero fueron mayores los motivos de consenso que de discordia.

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