
Ciertas ideas ,al ser repetidas sin parar, se convierten en verdad histórica. El aguerrido astur se revela entonces como el heredero de la legitimidad visigoda (Alfonso X incluso le hizo descendiente del rey Chindasvinto), el custodio del legado cristiano y romano y el guía espiritual de un pueblo que se levanta contra el infiel. Los meandros de la vida de Pelayo (muere en Cangas de Onís en 737) y de su incipiente círculo de amigos y conmilitones sirvieron de marco para la elaboración de un mito que la sociedad astur primero, leonesa después, y castellana finalmente se encargaría de repetir. Pelayo es el icono de la resistencia ante la invasión árabe, el padre de la patria; y su gesta, el origen de la nación española.
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