lunes, 25 de enero de 2010
España, una nueva historia (49)
Tomemos el caso del veguer de Narbona, un funcionario de prestigio con experiencia en la administración de una provincia habitada por muchos extranjeros. En la carta autógrafa que dirige a los jurados de Gerona con fecha 17 de abril de 1348 se adelanta a la llegada de la propia peste a Cataluña y lo hace más que con la intención de organizar un plan higiénico, por el morbo que suponen los sucesos que la acompañan. Comenta que la infección ha azotado la zona durante la Cuaresma y continúa haciéndolo y, en su opinión, ha muerto la cuarta parte de los habitantes del país. Añade además que las autoridades habían capturado a varios msierables de diversas naciones (entiéndase, extranjeros), a los que acusó de esparcir pociones pulverizadas en las aguas, las casas, las iglesias y los alimentos con la intención de producir la muerte de las gentes. Por supuesto, confesaron sus crímenes después de ser sometidos a tortura con tenazas ardientes, y fueron ajusticiados mediante el procedimiento de cortarles las manos, descuartizarlos y luego quemar el cuerpo.
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