lunes, 25 de enero de 2010

España, una nueva historia (50)


Una clave para comprender los primeros años ochenta y sus marcadas diferencias con la década anterior consiste en analizar el talante que predominaba en la sociedad tras conocerse la quiebra de la banca barcelonesa en 1381. Los defensores del cambio en esos años (incluidos los escritores humanistas catalanes del talento de Bernat Metge) a menudo eran considerados por la gente como unos crápulas ambiciosos. Quizás, pensó Martín de Riquer, porque promovían una suerte de cesarismo a favor de Juan I. En medio de sofisticados juegos florales, del recurso a la gaya ciencia de los trovadores, se van difundiendo el más terrible de los yerros de la clase política, la corrupción.

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