domingo, 24 de enero de 2010
España, una nueva historia (48)
Los hermanos Vivaldi no consiguieron llegar a su destino, pero en cambio alcanzaron el objetivo que se habían propuesto: la inmortalidad. Dante los hizo entrar en el templo de la fama al compararlos nada más y nada menos que con Ulises, el gran viajero de todos los tiempos. Pero el viaje de los hermanos Vivaldi tuvo también un efecto inesperado, pero decisivo en la historia de España. En medio del gran rodeo que se dio para entender la naturaleza exacta del mar océano (el Atlántico sur) aparecieron, como por encanto, las islas Canarias. Aún tardarían muchos años en descubrirse, muchos años más en ser colonizadas y casi una eternidad en comprender su verdadero significado; pero el paso estaba dado, y era irreversible. Un trozo de África iba a pertenecer por derecho propio a Europa. Paradójico epígono de lo que empezó siendo una extraña aventura en una extraña geografía. ¡Cuántas veces se debe repetir que la historia carecería de sentido sin la existencia de hombres como los hermanos Vivaldi!
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